Todos los domingos mi mamá me manda a traer la leche donde Don Chico, el tiene muchas vaquitas y muchos terneritos.
Siempre voy con mi PIOPI, el se acostumbró a ir en mi hombro, cuando me ve salir, sale corriendo detrás de mi, luego vuela a mi hombro y se agarra bien con sus patas, para no caerse, parece un loro enorme y muy blanquito, ese PIOPI es un travieso, de tonto no tiene ni una pluma, él sabe a donde voy, desde el momento en que ve que mi mamá me da un pichel de aluminio de color rojo, el se pone listo para ir conmigo, nadie sabe, pero la verdad es que después que la esposa de Don Chico me sirve la leche, en el pichel, en el cual por cariño a mi mamá, ella llena hasta el tope, pero luego cuando me voy, a escondidas mi PIOPI mete su pico en el pichel, entonces empieza a beber como loco de el, ese es nuestro secreto entre PIOPI y yo, por eso lo limpio bien para que cuando llegamos a la casa mi mamá no se de cuenta, y luego le digo a mi mamá que me de un poquito de leche para mi PIOPI, porque el se desespera por la leche, él ama beber leche, es un sinvergüenza, el es el primero en beber, y luego mi mamá, Jone, Denia, Mayrita y yo, ellos no saben lo que sucede antes de que beban la leche y no tienen porque afligirse, porque yo a diario le cepillo los dientes que tiene en su pico a mi PIOPI, por lo que puedo decir que el es un gallo muy limpio, aseado y con una salud bucal perfecta, nada de que preocuparse, por eso yo no tengo asco de beber de la misma leche que el.
Hasta el día de hoy, yo diría que nadie sabía, pero hoy fue diferente, a mi mamá se le ocurrió quedarse vigilando en la ventana de la casa y desde ahí vio todo lo que sucede cuando voy con PIOPI, pero quien le aconsejo a mi mamá esa brillante idea.
Hoy ella nos cacho y se enojó mucho, todo es porque permito que beba leche mi gallito, ya le explique que no pasa nada que el es muy aseado y limpio, pero ella dice que eso no quita que es un animal y que yo también soy una sinvergüenza por dejarle beber leche.
Estoy triste porque no pensé que mis actos afectarían a mi familia, yo en verdad actúe inocentemente pero ahora entiendo que engañe y mentí cada vez que lo hacía y eso es malo, mi mamá no se enojó por la leche que PIOPI bebía, sino por el engaño que ambos hacíamos lo que me convertía en su cómplice en maldad, y eso es lo que me pone triste.
Ya pedí perdón por ambos, pero PIOPI perdió el derecho a ir conmigo nuevamente, bueno ni modo, al menos logré que no perdiera el derecho a beber leche, tiene que agradecer que al final mi mamá nos perdonó.
La leche que quedaba en el pichel de seguro que tenía un sabor único, nada de que preocuparse, PIOPI es un gallo muy aseado, es seguro beber de la misma leche, por si lo dudaban, la prueba es que la familia de Ester sobrevivió a ese acontecimiento durante mucho tiempo.