—Maridito, ¿cómo estás? ¿Está todo bien? —Hailey se adelantó a preguntar.
—No tengo que estar detenido por el momento, y puedo ir a casa, pero Cayden Huxley tiene el dedo roto, así que tengo que pagar los gastos médicos. Cariño, ahora no tengo dinero. Me temo que tengo que usar el dinero de los Camden.
Hailey parecía un poco disgustada porque su sueño era derrochar con el dinero de su marido, pero no esperaba que ahora fuera al revés.
Victoria miró a Hailey con gran desprecio. Los Camden eran ahora considerados una familia de primer nivel en Orlando, todo gracias a Jordan. De lo contrario, no podrían haber progresado tan rápidamente.
Victoria se adelantó y exclamó: —¡Yo pagaré los gastos médicos!
Hailey se disgustó al instante, y su mejor amiga, Rachel, intervino: —Señorita Clarke, ¿quién es usted para Jordan? ¿Quién es usted para pagar por él?