Cuando Shura llegó se sorprendió al ver a su hermano junto a una enfermera en el jardín en vez de estar con Boris. Por supuesto que el rubio no estaba por ninguna parte y eso lo alteró.
Se acercó a su hermano quien al verlo corrió a él diciendole con desesperación:— Shura por dios, Shidadai estuvo aquí y es amigo del director. Quiere que Boris deje de tratarme.
—¿Cómo dices?
— Lo que escuchas Shura, además obligaron a Boris a quedarse solo con ese monstruo.
La enfermera amenazó a Shinki con sedarlo si seguía alterado. Shura intervino.
— Tranquilo hermano, me ocuparé de él. Solo Boris te tratará hasta curarte.
— Shikadai lo asusta, Boris le tiene miedo hermano.
Shura se alejó de ellos para dirigirse a la habitación donde imaginaba que Boris podría estar. Al llegar antes de entrar escuchó a Boris del otro lado llorar. Con eso confirmaba que Shinki tenía razón.
Imaginaba a Boris en manos del maldito de Shikadai y le hervía la sangre de furia ¿Cómo se atrevía su primo lastimar y atormentar a Boris? Suspiró profundo intentando serenarse ya que nada lograría estando alterado.
Shura entró y vió a su amado rubio llorar amargamemte, acurrucado en un rincón de la habitación. Aquella imagen le partió el corazón.
Cuando quiso acercarsele notó el temor que Boris sentía. Shura frunció el ceño. — Boris yo....— Vete, alejate...— Mi amor...
—¡No me llames así! ¡Maldito aristócrata! Después de todo eres como él.
— ¿Como él?
— Shikadai, él es tu primo hermano. Ustedes solo se aman entre ustedes. ¡Son unos monstruos!
Shura se le acercó y pese a sus protestas lo sujetó entre sus brazos intentando calmarlo. Él no era como el loco de su primo y se lo demostraría.
Boris se rindió al cabo de unos instantes y se dejó abrazar por él. Estaba muy asustado y dolido. Se había despertado bastante mal y para rematar tuvo que soportar a Shikadai.
— Cuentame ¿qué sucedió mi amor? — le decía Shura — Yo estaré a tu lado siempre.
— Mentira, tú no confias en mí Shura. Y yo no pienso perdonarte. Maldito aristócrata. ¡Sueltame!
Sus palabras cargadas de dolor lo dañaron bastante ya que él sí que estaba haciéndo grandes esfuerzos para reparar las cosas pero el rubio no.
— Boris te amo, nunca cambiará eso. Nunca
—Si me amaras confiarías en mí. Y....y....y nunca me habrías pegado. Shikadai me golpeaba sin piedad y tú....
— Lo lamento mi amor, en serio. Te amo Boris y deseo pasar el resto de mi vida a tu lado.
— No es cierto
— Si que lo es.
—Entonces ¿por qué dejaste que tu primo se salga con la suya?
— Porque nunca me dijiste que eras nada menos que el hijo de Menma.
— No sabía nada de nada Shura. No tenía idea de que Menma era mi padre. Shikadai jamás fue sincero conmigo....él....él empezó a tratarme como basura en vez de hablar conmigo. Tú y tu primo no se detuvieron a pensar en cómo me podría sentir con semejante noticia...
— Ambos creímos que sí lo sabías y que nos mentiste.
— Y sin embargo aseguran haberme amado, menudos mentirosos. ¡Sueltame!
Boris se alejó de Shura, no soportaba que lo toque ya que el pelinegro solo creía en las memtiras y locuras de Shikadai y de Menma. Se esforzó por serenarse y secarse la cara. Tenía que volver con Shinki.
— Boris te amo y no dejaré que Shikadai ni nadie te vuelvan a lastimar.
— Mentira maldito aristócrata. Mentira.
— No lo es Boris. Eres tan terco como yo.— Dejaré ésta ciudad en cuanto me asegure de que Shinki esté curado del todo.
— No Boris, no permitiré que te alejes de mí. Tampoco dejaré que Shikadai te vuelva a tocar.....mi amor.
— No te creo, ahora debo ir a atender a mi último paciente.
— ¿Último?
— Si, último. No podré terminar la carrera de psiquiatria debido a que no soy un aristócrata y tampoco tengo dinero para seguirla en la universidad estatal.
—¿Por qué dices eso Boris? Sabes que personalmente te estoy pagando la carrera y me aseguré de que puedas andar por ésta zona sin problema.
— Claro, por eso le crees a Shikadai todo ¿cierto? No pienso volver a esa universidad sabiendo que tu odioso primo estudia ahí.
— No temas mi amor...—No me llames....así...no me gustan las mentiras.— Te amo, te amo ¡Te amo Boris!
Shura abrazó al rubio con intenso amor e intenso placer. Deseaba hacerle olvidar su dolor y arrancar de su alma esos miedos.
Era conciente que al decirle "maldito aristócrata" en verdad sentía un miedo intenso. Pero él se ocuparía de devolverle la alegría y seguridad que Shikadai se empecinaba en arrebatarle.
— Siempre te amaré Boris, lamento haberte lastimado. Es a Menma a quien debo eliminar. Te amo y sé que eres diferente a tu padre.
— Vaya, te llevó tiempo entenderlo Shura.
— Solo dame otra oportunidad. Confía en mí
— Como tú confiaste en mí ¿cierto?
— Por favor Boris, por favor mi amor.
Como respuesta Boris lo besó con intenso amor y desesperación. Shura lo presionó contra su miembro que se iba endureciendo.
Se deseaban tanto que ambos debían recordarse dónde estaban y el motivo por el cual no podían amarse como lo deseaban.