No era tanto que sus padres no se preocuparan por él.
Sin embargo, más que eso, confiaban en sus capacidades, por lo que ya no lo mimaban tanto como cuando era un niño. A veces, lo que sus padres querían más era entrenarlo y dejar que resolviera el problema por sí mismo.
Además, sus padres ya estaban medio jubilados. Peter tenía el deseo personal de ayudar a los investigadores a marcharse, y tampoco les había informado de la situación de antemano. Es más, incluso había estado bajo la atenta mirada de los agentes de seguridad durante la emergencia. Esto le había impedido informar a sus padres sobre la situación. Como resultado, sólo pudo utilizar el código secreto que había establecido con Mia.
Si hubiera insinuado la situación a sus padres, definitivamente no habrían reaccionado con tanta ansiedad como Mia; después de todo, los dos sabían muy bien de lo que era capaz.
Mia se mordió el labio mientras escuchaba a Peter. Luego, le dedicó una sonrisa.