Tonfa: bastón usado para la seguridad y uso policial.
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Caminando por el área de vestuario con el ceño fruncido, los pensamientos de Jin avanzaban a mil por hora, cada uno de sus planes y preparaciones que tenia en mente se habían ido a la basura, mirando con los ojos vacíos a su alrededor poco a poco estimo a cuanta gente podría salvar evitando su horrible futuro.
Justo antes, al salir del ascensor un mensaje global llego a su teléfono, con las manos temblorosas no se digno a leer el mensaje, solo por el código que mostraba la pantalla sabia el contenido de que se trataba —Por qué?— esa era la única pregunta en la mente de Jin, aun faltaba una semana hasta que llegara el fin, pero el mensaje que marcaba el final de la humanidad había llegado una semana antes.
—Oye tú, que haces aquí, nadie puede pasar— delante de Jin, una dama con un traje azul marino y unas gafas que combinaban con su ropa se mantuvo firme sin permitir que Jin siga su camino.
Con una postura arrogante y orgullosa, la dama no puso en sus ojos a Jin y volvió a leer las noticias en su teléfono, aunque los desastres naturales era algo común en la Tierra, por la postura de los grandes lideres ella entendió que eso afectara de alguna manera a su vida.
—Tengo ordenes de la supervisora Hasegawa— sacando una tarjeta en su bolsillo, Jin se la presento —verifique la información, esta tarjeta tiene mi identidad— al menos Jin les entregaría los dulces a las chicas, no sabría que tipo de destino tendrían ellas, pero eso no tenia nada que ver con él, solo quedaban unas horas mas de lo que era la humanidad.
Tomando la tarjeta, la mujer revelo una mirada de disgusto cuando comprobó la información —tsk!, toma tu tarjeta, aun así no pasaras, tengo ordenes especificas de que nadie puede entrar— bajando la mirada, ella noto la bolsa en las manos de Jin y sin dudarlo intento arrebatársela.
Al leer las intenciones de la mujer, Jin movió ligeramente su cuerpo apareciendo detrás de la mujer, haciendo que ella perdiera el equilibrio. Apoyando sus manos en el suelo, ella bajo sus cejas frunciendo su ceño —Maldito, entrégame esa bolsa— grito con fuerza, eliminando cualquier rastro de nobleza a su alrededor —guardias, necesito ayuda— grito nuevamente generando un espectáculo llamando la atención de los demás.
Después de unos segundos, dos guardias con tonfas en sus manos rodearon a Jin sin esperar a que este reaccionara —Esa bolsa es mía, ese tipo me la robo mientras no estaba mirando— la mujer mintió cubriendo su sonrisa con sus manos.
Extendiendo sus manos, los hombre de mas de 6 pies de altura agarraron los hombros de Jin bloqueando sus movimientos —Pequeño, es mejor que hagas las cosas fáciles y sueltes esa bolsa— al creer que Jin se encontraba asustado, uno de los guardias ejerció más fuerza en su agarre esperando escuchar que el gritara de dolor.
—Estas segura que quieres hacer esto— sin revelar ningún tipo de dolor en su rostro, Jin miro fríamente a la mujer que lo acuso sin pruebas, conocía bien a ese tipo de personas, cada vez que ellos tenían un poco de poder, con el tiempo sus pensamientos eran corrompidos revelando lo mas oscuro de su interior.
—Hmpf! Como te atreves siquiera a poner en duda mis palabras— mirando a los guardias que rodeaban a Jin, ella se mofo mostrando sus dientes aperlados y continuo —a que esperan, quítenle esa bolsa y échenlo del edificio— ordeno sin pensar en su apariencia.
—Entiendo— Jin respondió con una sola palabra, en un segundo todos sus músculos se tensaron y el aura en su interior fortaleció su cuerpo, mirando con frialdad a los guardias agrego —No se arrepientan de las decisiones que tomaron este día— ya nada tenía importancia para el, en unas horas más, millones de vidas caerían en las manos de su misma raza.
—Que dice este mocoso— uno de los guardias se burló —parece que tengo que enseñarte como funciona la realidad— levantando la tonfa en sus manos, sin medir su fuerza lo azoto contra el abdomen de Jin, el hombre a su lado por un momento se preocupó por la decisión de su compañero, pero al recordar las palabras arrogantes de Jin, solo espero a ver la expresión de dolor que él tendría.
Crac! Crac!
Dos sonidos espeluznantes invadieron el pasillo, en el suelo ambos guardias gemían de dolor con sus brazos rotos, la gente a su alrededor grito de miedo al ver la dirección anormal de sus huesos.
—Quien demonios eres, como puedes moverte así— sentada en el suelo, con un liquido de dudoso origen saliendo de sus piernas la mujer que detuvo a Jin quedo abrumada por la fuerza y la presión que Jin ejerció sobre su cuerpo, nunca había visto movimientos tan poderosos capaces de derribar a un hombre en solo segundos, en su mente Jin se convirtió en un ángel caído que venía a cobrar la deuda de sus pecados.
Sin importar lo que pensaba la gente a su alrededor, Jin avanzo lentamente hacia la mujer extendiendo una de sus manos hacia su cuello —Dime, quien te ordeno que me detuvieras…— con su brazo a solo unas pulgadas del cuello de la mujer, ella grito inconscientemente un nombre y se desmayo en el suelo —Nagano-sama—
—Parece que no ha aprendido la lección, creo que el será un buen muñeco para probar mi fuerza antes del fin— dejando el lugar en un caos total, Jin camino en dirección de la sala de descanso, por la hora las chicas debían estar esperando que las diseñadoras trajeran sus nuevas vestimentas.
Minutos después, un grupo de 6 chicas conversaban alrededor de la mesa, al escuchar el ruido de la puerta abriéndose, todas miraron a la vez como Jin ingresaba con una bolsa en sus manos.
—Manager-san, pensamos que nunca volverías— Runa fue la primera en levantarse y recibir los dulces —Gracias por su trabajo— sacando el envoltorio de la bolsa, junto a Kazumi, ambas repartieron los dulces en la mesa.
Atrás quedo lo que paso en el pasillo, nada podía detener el horario que Jin tenia planeado, si el se preocupara por cada cosa que pasaba su segunda oportunidad se iría a la basura.
Sintiendo que el ambiente era extraño Jin pregunto —Donde esta Maki, porque no está con ustedes— generando una reacción en el lugar, las chicas, dejando de probar sus dulces quedándose en silencio, habían notado algo extraño en su compañera desde que Ryo llego, pero para ellas era algo natural acostumbrarse a cada situación y no le tomaron mucha importancia.
Bajando el tenedor en sus manos, Runa limpio sus labios con una servilleta y miro a Jin —Maki salió al baño hace unos minutos, no debe preocuparse por ella, volverá pronto— termino, retomando el dulce que descansaba en su platillo.
Cerrando los ojos, Jin entendió que era normal que las chicas actuaran fríamente con él, solo las había conocido por un día, no tenían la confianza suficiente para que ellas fueran más abiertas con él, además con la llegada de Ryo él no podía hacer mucho.
Mirando el reloj que descansaba en uno de los muros, diez minutos habían pasado, con los brazos cruzados, Jin se mantuvo en silencio impaciente por la demora de Maki "No creo que ese idiota este…" en un momento, Jin unió la desaparición de Maki con la orden de Ryo de evitar que el ingresara al área de vestuario.
—Donde esta el baño de mujeres— pregunto abriendo los ojos, las chicas al escuchar el tono serio en la voz de Jin dejaron de conversar y le indicaron el lugar.
Dejando un simple gracias, Jin corrió por el pasillo hacia el baño de mujeres llegando en solo unos segundos —En mantenimiento— un cartel con dos palabras bloqueo el avance de Jin, deteniendo a una de las mujeres que pasaba por ahí el le pregunto si había otro baño para ellas —No, este es el único en esta parte del edificio— dijo tomando su rostro con una mano —aunque es raro, sabes, los mantenimientos nunca se hacen durante el días así fuera todas mis compañeras reclamarían….oye, me estas escuchando—
"Espero no equivocarme" Jin pensó acercándose a la puerta bloqueada, mejorando en varios niveles su audición, espero escuchando todos los sonidos dentro del baño.
Luego de unos segundos, el ceño de Jin se transformo en uno oscuro y ensombrecido, unas palabras débiles pero claras llegaron a sus oídos —Tanto tiempo te escapaste de mí, ahora mírate, eres una estrella en ascenso, pensaste siquiera que aun con todo lo que hagas nunca estarás a mi nivel— terminando en un golpe, las venas en los puños de Jin amenazaron con estallar.
Sin medir su fuerza, con un golpe Jin destrozo la puerta revelando un hombre pálido vestido con un traje blanco sosteniendo un látigo de cuero, cerca del lavmanos, el cuerpo de Maki yacía amarrado, con partes de su cuerpo expuestas al aire.
—Que haces aquí, guardias vengan, guardias!— Ryo grito con locura, nunca espero que alguien lo encontrara en uno de sus juegos, para el cada vez que encontraba una mujer que le gustara, no mediaría la forma el lugar y la tomaría para él, fue gracias al apoyo de su familia que pudo dar rienda suelta a sus más bajos instintos sin recibir ningún castigo por ello.
Cubriendo el cuerpo de Maki que se escondía entre las lágrimas, Jin la cargo en sus brazos y camino hacia la puerta del baño —Que mierda haces, déjala aquí, acaso no sabes quién soy— Ryo siguió gritando con auras de grandeza, no le importo que el edificio no le perteneciera a su familia, con el poder detrás de él, nada ni nadie en la ciudad podía oponérsele.
Cuando Ryo quiso tomar uno de los hombros de Jin, todo su cuerpo se congelo cuando una patada lo mando a volar contra uno de los muros, con la boca llena de su propia sangre.
Jin sabía que no podía matarlo con todos mirando, tenia como prioridad velar por la seguridad de Maki, quien no dejaba de temblar en sus brazos —Ahora estarás bien, no dejare que nada malo te pase— Jin trato de calmar a Maki, quien dejo húmeda la ropa de Jin.
Al llegar al salón de descanso, todas las chicas de 7 Star corrieron hacia Jin para abrazar a Maki, quien estaba inconsciente de tanto llorar, recordando la frase del antiguo manager, Jin miro a la más silenciosa de ellas —Ayaka, necesito que llames una ambulancia e informes a los padres de Maki, ellos deben saber lo que paso aquí—
Mirando hacia la entrada de la sala agrego —Les aconsejo que busquen a sus seres queridos, se arrepentirán si no lo hacen— dejando esas palabras Jin salió por la puerta, desapareciendo del edificio.