POV ALEXANDRA
Habían pasado un par de meses desde aquel día en el que tanto yo como Hugo nos pusimos mal. Durante este tiempo las cosas iban mejor, al menos casi todo.
Por un lado, Hugo estaba mejor en su especio mental, y eso me alegraba. Las terapias lo estaban ayudando. Alison estaba contenta de volver a clase, que por mucho que no me gustase la idea, tenía que mandarla a clase, eso sí, con un escuadrón de guardaespaldas.
Luego Rose al parecer estaba en proceso de ser algo con mi padre, cosa que al principio no le chistó tanto a Hugo, pero después de hablar con él, lo entendió Me costó un poco convencerlo, pero después de decirle que mi padre no le haría nada o yo misma me encargaba de acabar con él por hacerle daño a Rose, quedó más convencido. Sé por qué le preocupaba que su madre tuviese pareja, después de todo lo que le pasó con su padre y los maltratos que recibía por parte de este, no quería que sufriese más, y yo pensaba igual que él, pero nadie en esta casa permitiría que algo así pasase, de eso estoy más que segura.
Por otro lado, Megan también estaba bien con la terapia. Al menos ella seguía yendo, porque yo había decidido no ir, al menos de momento.
En este momento estaba en el despacho con Luke contándome todo lo que tiene que ver con la mafia, y la verdad es que no le estaba haciendo demasiado caso. No me apetecía saber nada de la mafia, pero también podía llegar a entenderlo.
-Creo que es mejor dejar esto para otro día.
- ¿Por?
-No me estás haciendo ni caso Ale… ¿Te encuentras bien?
-Si, ¿por qué no iba a estarlo?
-Solo me quería asegurar.
- ¿Vas a empezar como ellos también?
-No lo voy a hacer, pero nos preocupamos todos por ti, y lo sabes.
-Lo sé, pero eso no implica que no esté bien.
-Lo sé, mejor me voy a hacer otras cosas. ¿Algo que necesites que investigue?
-De momento no se me viene nada a la cabeza, asique no.
-Perfecto entonces, nos vemos más tarde.
Con eso, Luke se levantó de su sitio y salió del despacho dejándome a mi sola con todos mis pensamientos, que pronto pasó a no ser nada, cosa que no sé si es buena o no.
-Vaya, si estás muy metida en tu mundo que no te enteras de nada.
- ¿Qué quieres Megan?
-Vaya, que recibimiento. ¿Debo suponer que estás de mal humor?
-No lo estoy, aunque no lo parezca.
- ¿Entonces te pasa algo?
- ¿Por qué todos pensáis que me pasa algo?
-No sé quién más te lo dijo, pero será porque notamos como algo no anda bien contigo, por eso preguntamos.
-Estoy bien, solo es uno de esos días que no quiero saber nada de la mafia, eso es todo.
-Pues eso se soluciona rápido. Vamos nosotras a por Alison. Te ayudará a que no pienses en eso tanto como lo estás haciendo en este momento, y después juguemos con Diego y Hugo a lo de las pistolas de juguete. Te prometo que esta vez no diré nada raro.
-Está bien.
-Genial, ahora vayamos a por la reina de esta casa.
-Antes debo avisar a Hugo.
-Está bien, te espero abajo. Más te vale que no te distraigas por el camino Alexandra porque te juro que escucho un gemido más y me pego un tiro en la cabeza.
Con eso salió del despacho conmigo riéndome, porque en serio, a veces es tan exagerada que no la soporto, y además, pienso que no hacemos tanto ruido como ella afirma que hacemos.
Me levanté de la silla y salí en busca de Hugo. Suponía que tenía que estar en nuestro cuarto con la terapia o investigando el porqué de que su padre saliera de la cárcel, por lo que me dirijo allí.
Nada más abro la puerta puedo escuchar como Madison está contándole algo a Hugo. En cuento este se da cuenta de que alguien entró en la habitación, se gira en dirección a la puerta y aparece una sonrisa en su rostro, por lo que me empiezo a acercar a él y antes de que llegue a junto a él escucho como Madison me saluda, lo que se me hace raro.
- ¿Cómo sabes que soy yo?
- Querida, la cara de Hugo se ilumina cuando estás cerca, por lo cual sé cuándo entras tú o la niña.
-Como para no estar contento, entra la persona que más amo en este mundo.
Me acerqué a él, me puse detrás de él para poder ver a Madison en la pantalla con una gran sonrisa y dejo mis manos sobre su pecho.
-De eso me di cuenta hace tiempo, y déjame decirte que desde que la conociste mejoraste bastante, y sin mi ayuda.
-Eso díselo a ella, porque nunca me cree cuando se lo digo.
-Pues déjame decirte Alexandra, que es cierto. No sé qué es lo que haces, pero lo ayudas un montón, asique no te infravalores.
-Es que yo no hago nada especial.
-Lo haces todo. ¿Necesitabas algo?
-No, solo venía a decirte que voy a ir a por Alison al colegio.
- ¿Quieres que te acompañe?
-No es necesario, además viene Megan.
-Vais a llevar guardaespaldas, ¿verdad?
-Claro que sí, no te preocupes por eso.
-Vale. Cuando lleguéis ya estaré libre y podremos hacer lo que queráis.
-Genial, porque Megan quiere jugar en el jardín con las pistolas.
- ¿No te enfadarás?
-No lo haré. Además, ella está segura de que Alison vendrá en nuestro equipo…
-Eso no es cierto, Alison no nos abandonaría.
-Te recuerdo que Alison odia perder, asique es evidente que no irá en vuestro equipo.
-Nosotros no perderemos… la última vez nos pillasteis desprevenidos, eso es todo.
-Como quieras cariño. Nos vemos luego.
Le di un pequeño beso y me separé de él para empezar a caminar hacia el recibidor donde podía escuchar a Megan llamándome.
-Hasta otro Madison.
-Hasta otra Alexandra.
Cerré la puerta con cuidado y me dirigí escaleras abajo. Antes de ir a junto a Megan, me dirijo a la cocina donde estaban mi madre, mi padre y la de Hugo hablando.
- ¿Te vas a por Alison?
-Si, no creo que tardemos mucho en volver.
-Está bien. Id con cuidado.
-Lo haremos, nos vemos luego mamá.
-Hasta luego.
Con eso salí de la cocina y esta ve si me dirigí a donde estaba Megan esperándome impacientemente como siempre.
-Ya pensé que tendría que traumarme escuchando tus gemidos de nuevo.
-Eres estúpida. Mejor vayamos a por Alison antes de que lleguemos tarde.
-Si lo hacemos es por tu culpa.
Le di un pequeño empujón y ella se echó a reír. Juro que de no ser porque la quiero, la hubiese mandado a la mierda hace mucho tiempo. Durante todo el camino al colegio fuimos hablando y riéndonos.
POV STEFAN
Casi había pasado un año desde la supuesta muerte de Alexandra, y si, sigo sin creerme que esté muerta. Conozco lo suficiente a Alexandra como para saber que se las sabe ingeniar bastante bien para desaparecer si es lo que ella quiere. Me cuesta creer que intentase escapar de mí, más que nada porque quiere acabar conmigo.
Una manera que se me ocurrió de sacarla de su escondite había sido sacar al padre del de la DEA de la cárcel. Si mal no he entendido la última vez que me dieron información de ella antes de que eso pasase, eran pareja, y si algo sé que odia ese tipo, es a su padre, pero no había dado sus frutos, al menos de momento.
En este mismo momento, estaba esperando al padre de este, John. Hace años había hecho algún negocio con él, hasta que escuché que su hijo andaba detrás de él, no quería que por sus problemas de familia, me metiesen a mí en medio.
-Buenos días, Stefan.
-Al menos para ti lo son.
-Claro que sí, estoy fuera de la cárcel después de que mi hijo me metiese allí. ¿Qué más puedo pedir?
-No te olvides de que fui yo quien te saco de allí.
-Lo sé, y te lo agradezco. Pero también sé qué quieres algo a cambio.
-Oh, no. Solo que necesitaba más aliados y gente que me venda más drogas, nada más.
-Sabes que nadie me cogerá las llamadas por mucho que quiera ayudarte.
-No te preocupes por eso, ya me las apañaré. Mejor dime ¿cómo es que te dejaste coger por tu hijo?
-Ni me lo nombres, pero al final está muerto con la zorra esa que iba con él.
-Si algo debes saber antes de que te quedes sin lengua o vida, es que esa chica a la que tu llamas zorra, es mi hija.
- ¿Tienes una hija? ¿Y era la novia de ese bastardo? Al final no era tan bueno como pretendía aparentar, al fin y al cabo estaba con la hija de un narco.
-Oh, no te equivoques, puede ser que sea mi hija, pero para nada estamos en buenos términos, y tampoco sabía que era su padre.
- ¿Entonces…?
-En realidad la conoces, era Alexandra, seguro que te suena.
- ¿La chica de tu club?
-Esa misma.
- ¿Y qué hacía allí si era tu hija?
-Porque necesitaba hacerla la mujer que se convirtió después de eso.
-No estoy entendiendo nada. ¿Entonces ella no era narco?
-Oh, créeme, lo es, y es más, estaba con una persona que odiamos los dos bastante.
- ¿Quién?
-El Titano, es al que ella llama papá aparte del que piensa que es su padre.
-Me vas a decir que dejaste creer a esa mocosa que el Titano la cuide.
-Una mala palabra en contra de mi hija y acabas en el lago más profundo de Rusia.
-Está bien, lo siento, pero entonces mi hijo era un inútil. Solo me metió preso para poder ascender rápidamente.
-No lo hizo por eso, lo hizo porque te odiaba y en algún momento también andaba detrás de ella, pero no sabía que era ella.
-Menos mal que está muerto, porque si no yo mismo me encargaba de matarlo.
En ese momento entra uno de mis guardaespaldas en el despacho, cierra la puerta y me pasa espera a que lo deje hablar.
- ¿Qué pasa Larsson?
-Ahí fuera hay un hombre que dice tener información importante para usted.
- ¿Qué clase de información?
-No quiere decírsela a nadie, solo a usted. E insiste que le importa.
-Está bien, hazlo pasar.
Larsson salió del despacho y un par de minutos más tarde el tipo que dice tener información importante y un par de guardaespaldas entran en el despacho.
-Y bien, ¿Qué es eso tan importante que tienes que contarme?
-He escuchado por ahí que está buscando a tu hija.
-Si, ¿y qué con eso?
-Pues que conozco a alguien que está viviendo con ella.
-Debes contarme más si quieres que no te mate aquí mismo.
-Antes tiene que darme algo a cambio.
-Te daré medio millón con posibilidad de aumento si lo que me cuentas es realmente bueno.
-Me parece perfecto.
-Entonces empieza a hablar.
-Pues el tipo del que le hablo lo conoces, es Sergio, y creo recordar que estuvo trabajando contigo hace años.
-Sigue.
-Pues al parecer, este se la encontró un día en la calle y ahora está viviendo con ella.
- ¿Y cómo sé que no me estás mintiendo?
-Al parecer la chica tiene un novio, una hija que debe tener como seis años, una hermana y su madre. Creo que hasta la madre del novio vive con ellos.
- ¿Y dónde viven según tú?
-En Los Ángeles señor.
- ¿Concretamente?
-Santa Mónica.
-Muchas gracias por tu información. Larsson, ya sabes lo que toca.
-Como mande señor.
-Acompañe a Larsson, el encargará de darle su dinero.
El tipo se levantó de la silla y siguió a Larsson. Si este solo supiera que se dirigiría a su propia muerte no se iría tan contento, pero bueno, al menos había sacado algo bueno, y es confirmar que Alexandra estaba viva.
-Creo que vas a poder aprovechar eso que tanto querías ya que tu hijo no está muerto.
-No veas cuanto estoy deseando acabar con él y la zorra de su madre.
-Entonces debemos prepararnos, porque algo te adelanto, mi hija tiene todo un ejército de guardaespaldas trabajando para ella.
-Serán unos inútiles, asique no tendremos problema.
-No son unos inútiles, son los mejores mercenarios y ex – navy. Y en caso de que estes fueran unos inútiles, te adelanto que tanto Alexandra como Megan son demasiado listas y se saben defender realmente bien, asique no las subestimes.
-No creo que sea para tanto.
-Después no digas que no te avisé.
POV MEGAN
En cuanto llegamos a casa, fuimos recibidas por Hugo y nuestra madre, pero antes de hacer nada, Alexandra se fue con Alison para que se cambiase para comer y luego irnos a jugar al jardín.
Estaba poniendo la mesa cuando veo como Alison baja corriendo por las escaleras y de no ser por Hugo, se hubiese comido el suelo. En el momento en el que Hugo la pone el suelo vuelve a correr hacia la cocina donde estaban el resto.
Estuve allí por un rato mirándolo, porque no lo voy a negar, estaba más que feliz con que mi hermana encontrase al hombre que ella se merecía. Puede ser que no todos los días fuesen los mejores para ella, pero Hugo se encargaba de que al menos no lo pasase tan mal, cosa que conseguía gran parte de las veces, y eso me alegraba un montón.
Después de ver como Hugo entrelaza sus dedos con los de Alexandra, vuelvo a mi tarea de poner la mesa. Durante la comida todo fueron risas y sé que algo andaba en el fondo de la mente de Alexandra, la cara que tenía me lo decía, pero creo saber el qué, porque yo también tenía la sensación de que algo acabaría con esta felicidad que estábamos teniendo en este mismo momento, y sería pronto, pero como ella, decidí que era mejor dejarlo en el fondo de mi mente y pasar un buen rato en familia.
Una vez terminamos de comer, tanto nuestra madre, como la suegra de Alexandra nos obligaron prácticamente a ir al jardín para que jugásemos como le habíamos prometido a Alison. Evidentemente, esta vez estuvo en nuestro equipo, no hizo falta ni decirle nada. Claramente tenía claro que íbamos a ganar nosotras, y como hija de Alexandra que es, odia perder, pero tampoco lo voy a negar, yo también lo hago. Esta vez se unió a su equipo Luke, pero aun así, no tenían nada que hacer en contra nuestra, habíamos aprendido de la peor manera cosas que al parecer ni ellos tenían ni idea, ¿Y por qué no aprovechar lo que aprendimos? Siempre pensé que hay darle un uso a lo que se aprende de una manera u otra.
Después de una hora más o menos decidí que era mejor ir a comprar al menos para cenar, porque estos últimos días nos habíamos olvidado comprar comida y no quiero morirme de hambre.
-Bueno, ahora que os demostramos que nosotras somos mejores que vosotros, me voy a comparar para la cena.
- ¿Quieres que te acompañe?
-No es necesario, me llevaré a Diego para que traiga las bolsas a casa.
- ¿Estás segura que no quieres que te acompañe?
-No Ale, mejor pasa tiempo con tu novio e hija.
-Como quieras. Me llamas si necesitas algo.
-Vale mamá.
La sonrisa de Alexandra solo creció al igual que la mía y entré en la casa con Diego detrás de mí. Me despedí de mi madre, la de Hugo y Sergio. Puede ser que en un principio el hombre no me cayese demasiado bien, pero en este tiempo que ha estado viviendo con nosotros pude ver que realmente quiere a Alexandra y que ella está contenta con él aquí, asique aprendí a no odiarlo, y bueno, está el hecho de que también hacía feliz a mi madre, asique tendría que aprender a llevarme bien con él de una manera u otra.
Tanto yo como Diego habíamos salido de la casa y estábamos caminando hacia la tienda para comprar algo para la cena. El camino debo decir que fue bastante en silencio, al menos mitad de él. Supongo que en algún momento Diego se cansó de estar callado.
- ¿Estás bien?
-Si, ¿por qué no iba a estarlo?
-Porque normalmente nunca estás callada, por eso pregunto.
-No siempre hablo.
-Como quieras, pero sabes que si nos necesitas a alguno de nosotros, estamos ahí.
-Lo sé.
Con eso entramos en la tienda y empezamos a andar de un lado a otro en busca de lo que necesitábamos, pero estábamos tardando y decidimos que era mejor separarnos para acabar antes.
Estaba en la sección de cereales porque tanto a mi como a Alison se nos había acabado, y si no eran los de siempre, no nos gustaban, pero tampoco los veía por ningún lado. Justo cuando los encuentro, alguien me coge por la muñeca y acaba por abrazarme, lo que hace que me tense, porque odio que desconocidos me toquen.
- ¿Pero quién mierda te crees poniéndome…?
-Pensé que no volvería a verte en la vida. ¿Dónde has estado todo este tiempo?
Y en cuanto escucho esa voz, me giro del todo para asegurarme de que esto no es un sueño. Realmente no lo podía tener delante de mí en este momento.
-Escucha, no tengo mucho tiempo y necesito que me ayudes. Tengo que encontrar a mi madre porque ha desaparecido de la nada… Se llama Analissa D'angelo y tengo miedo de que los rusos la hayan cogido para poder llegar a mi… Prométeme que harás lo que sea necesario para encontrarla.
- ¿David?
-Si, soy yo, pero realmente me tengo que ir. Te amo.
Empezó a acercarse a mí hasta que de la nada aparece Diego y estoy segura de que no haberse escapado antes de que Diego llegase, lo hubiese molido a palos. En cuanto se aseguró de que David se había ido, se giró en mi dirección, donde estaba de pie y sin entender que es lo que acababa de pasar.
- ¿Estás bien? ¿Ese tipo te hizo algo? Porque juro que como lo encuentre lo mato con mis propias manos.
Diego tenía sus manos a cada lado de mi cara, pero yo no sabía que decir. ¿Realmente todo este tiempo estuvo en Los Ángeles? ¿Qué mierda estaba pasando?
En mi mente estaban corriendo miles de recuerdos de los momentos que pasamos juntos y me empezaba a estresar. No sé realmente cuanto tiempo estuve allí parada de pie, pero sé que después de un rato puedo ver a Alexandra delante de mí preocupada. No sé qué mierda estaba diciendo, pero en este momento era lo que menos me importaba, porque mi mente solo podía procesar que David estaba vivo.
POV ALEXANDRA
En el momento en el que Diego me llamó porque Megan no hablaba y que un tipo había estado demasiado pegada a ella, no dudé en salir de la casa. Evidentemente, esta vez Hugo no me dejo ir sola, pero tampoco me importaba en este momento, lo único que quería era asegurarme de que Megan estaba bien y enterarme de que era lo que mierda había pasado.
Después de un tiempo que se me hizo eterno, llegamos a la tienda en la que estaban comprando y empecé a buscar la sección de los cereales. En cuanto la encuentro, corro hacia ella y me pongo delante de ella.
-Megan, ¿Qué ha pasado?
No me contesta, pero por su mirada perdida y lo pálida que esta en este mismo momento sé que no va a contestar. Tiene que haber sido bastante grande el shock para que no hable, y realmente tenía que contener mi ira en este mismo momento, porque lo que importaba era ella y no ese tipo del cual me encargaría más tarde.
-Hey… todo va a estar bien… lo prometo…Vayamos a casa…
Le pasé un brazo por encima de los hombros y empecé a caminar en la dirección a la salida del establecimiento, no sin antes decirle a Diego que comprase lo que fuese necesario y luego se viniese a casa.
Durante el camino a la casa todo fue en silencio. Mientras Hugo iba conduciendo, yo iba abrazando a Megan en el asiento trasero. Odiaba verla así, y juro que en cuanto encuentre a ese tipo lo mato con mis propias manos
Una vez en la casa, Megan se baja del coche y empieza a dirigirse al interior de la casa. Yo me quedo mirando para ella allí plantada y después de un par de minutos, noto unos brazos abrazarme desde atrás y dejando su mentón sobre mi hombro.
- ¿Sabes algo de lo que ha pasado?
-No tengo ni la menor idea… solo de que un tipo se le acercó mientras estaban haciendo las compras… Te juro que en cuanto lo encuentre lo mato…
-No te preocupes, amor, pronto volverá a ser la Megan sonriente y chistosa de siempre.
-De eso me encargaré yo. Mejor me voy a ver qué puedo conseguir de todo esto.
-Está bien. Yo estaré con Alison. Si necesitas cualquier cosa nos llamas, ¿vale?
-Está bien.
Me dio un beso en la mejilla y yo me dirigí a la casa. Antes de ir a junto a Megan le dije a Luke que revisase las cámaras de la tienda y que me buscase toda la información del tipo que se había acercado a Megan.
Después de que Luke empezase a buscar a ese tipo y que mi madre me preguntase que es lo que le pasaba a Megan, a lo cual no le pude contestar, me fui a la habitación de Megan para ver si estaba allí, y donde definitivamente estaba.
Nada más abrir la puerta la veo sentada en la cama con la mirada perdida y abrazando la almohada. Lentamente, cierro la puerta y me acerco a ella, acabando por sentarme en la cama y esperar a ver si dice algo.
Después de un par de minutos, empieza a llorar y yo no dudo en acercarme más a ella y abrazarla para que se calme. Siempre que algo le ronda la mente y la molesta demasiado, acaba llorando. En el fondo, era una chica sensible y eso lo sé, por eso odiaba verla así, y más que alguien intentase hacerle daño.
-Shh… Todo va a estar bien…
-Está a… aquí…
- ¿Quién está aquí?
-Da… David…
- ¿De qué hablas?
-El… el chi… chico…
-Creo que es mejor que primero te relajes. Luego me cuentas lo que pasó, ¿te parece?
Asintió y estuvimos así un rato. Podía notar que lentamente iba calmándose, pero que algo la tenía tensa, y que ese algo la estaba molestando, pero antes de que yo misma me enfadase más y perdiese la oportunidad de que hablase, me calmé.
-David.
- ¿Qué pasa con él?
-Está vivo.
- ¿Por qué lo dices?
En ese momento alguien peta en la puerta y en cuanto veo que la cabeza de Luke aparece por el trozo que había abierto y con el ordenador en mano, suspiro, porque realmente en este momento no estaba entendiendo nada.
- ¿No podías esperar?
-Si, pero…
-Pero nada, Luke, ¿no ves que…?
-Ale, está bien. ¿Qué es lo que venías a decirle?
-Solo decirle que ya miré en las cámaras y tengo un nombre.
- ¿David?
-No, Marcus.
- ¿Qué?
En ese momento me levanté de su lado y cogí su ordenador en de las manos, me quedé mirando un par de segundos a la pantalla y luego se me acerqué a Megan para que me confirmase si era él o no.
- ¿Este es David?
-Sí.
-Pero no se llama…
-Luke, si ella lo dice es porque lo es. ¿Cómo coño te encontró?
-No lo sé. Creo que ni se esperaba encontrarme allí, pero me dijo que tenía poco tiempo.
- ¿Estaría escapando?
-Eso parece, pero antes de eso me dijo que algo.
- ¿El qué?
-Que debíamos proteger a su madre.
- ¿Y dónde se supone que está?
-Aquí con nosotras.
- ¿Qué? ¿De qué hablas?
-Me dijo que debía proteger a Analissa D'angelo.
- ¿Qué? A ver si estoy entendiendo bien. ¿Me estás diciendo que el David que tu conoces es el mismo David que tanto mamá como papá nos aseguraron que estaba muerto todos estos años?
- ¿Me estoy volviendo loca?
-Tenemos que hablar con mamá.
-Sabes que no le gusta hablar del tema, y si lo que dice es cierto, a mí tampoco me gustará hablar del tema. No quiero soltárselo a mamá por accidente.
-No te preocupes, hablaré con ella yo. Luke, necesito que me busques a ese chico por todos lados, necesitamos dar con él.
-Me pondré a eso en este mismo momento,
Con eso salió de la habitación dejándonos a nosotras solas de nuevo, pero esta vez con un fondo amargo, porque si ese chico decía la verdad, y no es que no estuviese creyendo a Megan, entonces quiere decir que tanto Analissa como Francesco estuvieron viviendo una mentira por gran parte de sus vidas e iba.
-Megan, ¿estás segura de que es el mismo David?
-Completamente, pero se veía nervioso. Supongo que estaría escapando de algo.
- ¿Le crees cuando dice que mamá es su madre?
-Creo que mi opinión en este mismo momento no es la mejor a tener en cuenta.
-Es la que más, tú conoces a ese chico mejor que nadie. ¿Le crees o no?
-Lo creo.
-Tenemos que encontrarlo.
-No estoy lista para volverlo a ver.
-No te preocupes por eso, no lo tendrás que ver si no quieres, pero tenemos que asegurarnos de lo que nos dice es cierto, por mamá.
-Lo sé, pero solo te quiero pedir algo.
-Lo que quieras.
-Cuando lo encuentres, no le hagas nada.
-Yo no…
-Alexandra… sólo te pido eso….
-Está bien, no le haré nada.
- ¿Podrías llevar a alguien del que me pueda fiar y te pueda detener?
- ¿Acaso no te fías de mí?
-Lo hago, pero ambas sabemos que cuando te enfadas no hay nada que te detenga.
-Está bien.
-Hugo.
- ¿Qué pasa con él?
-Quiero que lo lleves contigo.
-Iba a llevar a Diego…
-Pero él te ayudaría, en cambio Hugo no te dejaría hacer algo que vaya en contra de él.
-Creo que realmente no sabes cómo es Hugo. El me dejará hacer todo lo que considere que es correcto para nosotros.
-Pero antes de dejártelo hacer trataría de convencerte de que no hagas nada de lo que te puedas arrepentir.
-Tienes razón. Ahora mejor descansa un rato.
- ¿Tu qué vas a hacer?
-No te preocupes por mí, voy a hacer un par de cosas que tengo pendientes. Si en algún momento me necesitas, solo tienes que llamarme.
-Estoy…
-Ni se te ocurra decir esas palabras, porque ambas sabemos que no.
-Me conoces perfectamente.
-No hemos pasado miles de años juntas sin que tuviese la oportunidad de conocerte.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro y se acostó en la cama. Me levanté de esta y le pasé una manta por encima de ella para que no cogiese frío, le di un pequeño beso en su frente y salí de la habitación no sin antes decirle que la quería.
Una vez fuera de esta, me apoyo en la puerta y cierro los ojos pensando en todo lo que había pasado en poco más de una hora. Después de un par de minutos allí noto como unos brazos me apartan de la puerta y me acercan a su pecho. No me hace falta abrir mis ojos para saber que Hugo está ahí parado delante de mí.
- ¿Tan mal ha ido?
-Mal no, pero evidentemente la dejó impactada.
- ¿Quieres hablar de ello?
- ¿Podemos hablar más tarde?
-Cuando quieras. ¿Necesitas algo?
- ¿Puedes venir conmigo? Necesito hablar con mi madre de una cosa.
- ¿Puedo saber de qué?
-Necesito saber un par de cosas, luego te cuento.
-Entonces vayamos.
Le cogí la mano y nos dirigimos escaleras abajo donde estaban Analissa, mi padre, Rose y Diego jugando con Alison. En cuanto Analissa me ve, se levanta y me abraza, seguramente porque sabe que cuando Megan no está bien, yo tampoco lo suelo estar y al revés.
- ¿Megan está bien?
-Está un poco mejor, ¿pero podemos hablar de algo?
-Claro, ¿vamos a la cocina?
Asentí y tanto Hugo como yo seguimos a mi madre a la cocina. Esta empezó a hacer un té, supongo que para que me lo tomara yo y me calmase un poco, y en cuanto terminó, me lo puso delante.
- ¿Qué es eso de lo que querías hablar? Parecía serio.
-Lo es.
-Entonces cuéntame, ¿qué es lo que pasa?
No sabía muy bien cómo abordar este tema de David, porque sé que a ninguno de los dos le gustaba hablar de eso, y nosotras mejor que nadie los entendíamos, lo seguimos haciendo, pero me tengo que asegurar de que ese tal David sea el mismo David que ellos perdieron.
- ¿Cómo afrontabais tú y papá la posibilidad de perder a David?
Y con eso, la cocina se queda en silencio. A mi lado, podía notar a Hugo mirándome sin entender nada, pero de igual manera, me cogió la mano y me dio un pequeño apretón. Mi madre por otro lado, era otra historia completamente distinta. Podía ver dolor en sus ojos, y era lo que no quería provocar, pero es la mejor manera que se me ocurrió para no darle esperanzas de que David pueda estar vivo.
- ¿Por qué lo preguntas?
-Porque quiero entender como fuiste capaz de soportarlo. Yo tengo miedo constante de que algo le pueda pasar a Alison por mi culpa.
- ¿Algo no anda bien?
-Todo está bien, solo quiero saber cómo.
-Miedo siempre hubo. En todo momento teníamos miedo de que algo le pasase por el mundo en que el que estaba metido tu padre y hacíamos todo lo que estaba en nuestra mano para que nada le pasase.
- ¿Puedo preguntar qué fue lo que le pasó? No tienes por qué hablar de eso si no quieres.
-Lo cogieron viniendo del colegio… No sé cómo lo consiguieron, pero acabaron con los guardaespaldas que llevaban y lo mataron… y quemaron… No se podía reconocer.
-Entonces ¿cómo estáis tan seguros de que era él entonces?
-Las pruebas de ADN.
Entonces… si había grandes posibilidades de que estuviese diciendo la verdad. Yo mejor que nadie sabía que se podía manipular a la gente correcta y después callarlos para siempre.
- ¿A que vienen todas estas preguntas Alexandra? ¿Qué es lo que pasa por tu mente?
-No es nada, en serio. Solo que a veces tengo la sensación de que llegarán a nosotros. Me dejaron bien claro que quieren llevarse a Alison.
-Amor, no permitiremos que eso pase.
-Lo sé, pero eso no implica que no me de miedo la opción.
-Deberías hacerle caso a Hugo, no dejarías que nada le pasase, antes matarías.
-Posiblemente.
-Deja de pensar en eso porque no te hace bien. Mejor me voy a llevarle un té a tu hermana.
-En este momento debe estar dormida.
-Entonces estaré con ella por si necesita algo, con vuestro permiso.
Con eso se levantó de la silla y se fue de la cocina dejándonos a Hugo y a mí solos. Este se levanta de su silla, gira mi silla para que pueda verlo y se pone de cuclillas para mirarme.
-No deberías preocuparte por los rusos. Sabes que no llegaran a nosotros.
-Siempre hay una posibilidad. No se puede descartar que lleguen a nosotros.
-Lo podemos hacer.
-Yo no lo creería.
- ¿Hay algo más que te esté molestando?
-En este momento me molestan muchas cosas.
- ¿Quieres hablar de ellas?
- ¿Podemos salir de la casa para que te pueda contar?
-Entiendo que es algo de lo que nadie se puede enterar.
-Algo así.
-Está bien, vamos.
Nos levantamos y antes de salir de la casa, le dijimos que íbamos a salir a dar una vuelta. Como es evidente, Diego mandó a un par de guardaespaldas con nosotros, pero se aseguró de que no nos siguiesen tan de cerca para darnos un poco de intimidad.
Durante el camino, me di cuenta de que nos estábamos dirigiendo hacia el barco. Normalmente es a donde íbamos cuando necesitábamos hablar de algo o tranquilizarnos.
Cuando estábamos a un par de minutos del muelle, veo a alguien darse la vuelta rápidamente en la dirección contraria a la que estábamos yendo nosotros , y me pareció que era David, por lo único que se me ocurre hacer es llamarlo, pero este empieza a correr, haciendo que yo vaya detrás de él.
-David, espera… Solo quiero hablar contigo.
Pude notar como aceleró más, pero yo no me quedé atrás. Podía escuchar como Hugo me llamaba y como venían detrás de mí. De la nada, David gira hacia la derecha y para suerte mía era un callejón, por lo menos iba a dejar de escapar.
Una vez estoy en la entrada, veo como David levanta el arma y me apunta con ella, haciendo que automáticamente, yo levante mis manos. No quiero tener que sacar mi arma y asustarlo más de lo que está en este momento.
- ¿Qué mierda quieres tú de mí? ¿Vienes a terminar con lo que no pudo tu padre?
- ¿Sergio? Vamos, hace días que no sale de casa.
-No hablo de él.
- ¿Entonces de quién?
-De Stefan.
-Estás equivocado, ese no es mi padre.
-Vamos María. ¿De verdad te piensas que soy estúpido?
En ese mismo momento llegan tanto Hugo como los guardaespaldas, y el primero se pone delante de mí para evitar que David dejase de apuntarme, pero no tardo mucho en ponerme delante de él.
-Escucha… Si, mi segundo nombre es así… y puede ser que ese señor sea mi padre biológico, pero créeme, lo odio mucho más de lo que estás haciendo tú en este momento.
-No vas a engañarme tan fácil.
-No estoy tratando de engañarte. ¿De verdad piensas que querría engañarte?
-Mejor dime donde teneis a mi madre y no te mataré aquí mismo.
-Realmente no me reconoces ¿verdad?
-Claro que sí, en la mafia no hacen más que hablar de ti. Están esperando a que tomes el mando de esta.
- ¿Acaso me viste en Rusia alguna vez?
-Eso no tiene nada que ver. Ese tipo tiene negocios por todos lados. Es más, se dice que estabas en el club en el que teníais a Megan y a su amiga retenida, te acostabas con todo tipo que se te cruzaba.
Hugo coge la pistola de uno de los guardaespaldas y se acerca a él apuntándole a la cara, pero antes de que haga nada, me acerco y le pongo la mano sobre su brazo.
-Retira lo que acabas de decir de mi mujer o te vuelo los sesos.
-Hugo… No lo hagas.
-Que retire lo que acaba de decir y me lo pienso.
-Hugo.
-Yo no me tengo que disculpar con la hija de la persona que más daño me ha hecho más daño en mi vida, a la de mis padre y a la de mi novia.
- ¿Tu y Megan erais pareja?
- ¿De qué la conoces? Ni se te ocurra acercarte a ella, porque no dudaré en mataros a todos.
-Escucha David, la conozco, pero no por lo que estás pensando.
- ¿Entonces por qué?
-Soy Alexandra… la amiga de Megan.
- ¿Qué? No… eso no puede ser. Ella está muerta.
-No lo estoy, al igual que no lo está Megan.
-No… No te creo…
-Escucha, a Megan la cogieron cuando tenía cuatro años… ese mismo día me secuestraron a mí también… Realmente no sé cuánto tiempo pasó hasta que nos llevaron a ese club, pero desde que estuvimos allí dentro no nos separamos nunca.
-Dime algo que solo Megan le contaría a Alexandra.
-Estabais esperando un hijo.
En el momento en que esas palabras salen de mi boca, veo un reflejo de dolor en su rostro. Lentamente empieza a bajar el arma y hago lo mismo con el brazo de Hugo.
-Ella lo mató.
Y en cuando salen esas palabras de su boca, le saco el arma a Hugo y soy yo misma quien lo apunta, porque no estaba más lejos de la realidad.
- ¿Y quieres que te crea que eres Alexandra?
- ¿De verdad pretendes que te crea que eres el David del que mi hermana está enamorada?
-Tú no sabes nada de ella.
-Oh, claro que sé, mucho más de lo que sabes tú. ¿Quién estuvo con ella cuando casi la matan de una paliza? ¿O las noches que no dejaba de llorar porque tenía miedo o le dolía algo? ¿Quién era la que se encargaba de curar sus heridas que esos degenerados le hacían? Tú solo te aparecías para follartela y luego largarte como lo hacía todo el mundo. En cambio yo siempre estaba a su lado y le dejaba mi hombro para llorar. Te piensas que lo sabes todo de mi hermana, pero estás equivocado, no sabes una puta mierda. Te aparecías allí cuando se te daba la gana. ¿Realmente piensas que ella mató a vuestro hijo? Porque déjame decirte, estás más lejos de la realidad.
-Eso es lo que me dijeron.
-Si quieres creerle a ellos está bien, pero de algo te advierto. Aléjate de mi hermana, ya bastante daño hiciste con aparecerte un solo minuto en su vida.
Hugo me sacó el arma y yo me di la vuelta para salir de allí. Cuando casi estaba fuera del callejón, escucho como alguien se ríe a nuestras espaldas, lo que hace que me gire y ver a David riéndose de algo de lo que no tengo ni la menor idea.
-Realmente eres la Alexandra de la que me hablaba Megan. ¿De verdad te piensas que me creí lo que me dijeron? Tengo más que claro que fueron ellos los que acabaron con nuestro hijo. Hasta pensé que os habían matado.
-Pues ya puedes ver que no lo estamos.
-Oye, perdóname por lo que dije antes de Megan. Realmente no lo creo. ¿Crees que me puedes ayudar con algo?
-Mejor vayamos a hablar a otro lado, porque estoy casi segura que estás escapando de alguien.
- ¿Cómo lo sabes?
-Solo hay que ver como saliste de la tienda. No hace falta ser un genio para darse cuenta.
- ¿Y a dónde vamos?
-Síguenos, pero te recomiendo que nos des distancia.
- ¿Por qué?
-Porque prometí que no te haría nada y que en caso de que te encontrase, él vendría conmigo para evitar que te hiciese algo, pero él está enfadado contigo, por lo que los dos juntos no somos una buena combinación.
Asintió y se quedó donde los guardaespaldas mientras nosotros dos íbamos andando hacia el barco. Hugo me acercó más a él y empieza a acariciarme el brazo.
- ¿Estás bien?
- ¿Realmente le dijiste que era tu mujer?
-Si… Bueno… Yo… No era para…
-Eh, está todo bien. Y debo decir que no sonó tan mal.
- ¿Qué?
-Me gustó como suena, y también me encanta cuando te pones todo sobreprotector a pesar de que sabes de sobra que me sé defender sola.
-No lo puedo evitar. No me gusta cuando te dicen cosas como la de antes, por la cual se va a disculpar. ¿Quién se cree ese tipo para decirte esas cosas?
-Está asustado, asique lo entiendo.
- ¿De qué lo conoces?
-De nada.
- ¿Qué? ¿Me estás diciendo que estamos llevando un desconocido al barco?
-Desconocido para mí.
-No estoy entendiendo nada.
-Ese chico era el único bueno con Megan allí dentro, y terminaron enamorándose. Ella lo conoce y cabe la posibilidad de que él sea el hijo de Analissa y Francesco.
- ¿Qué? Yo tenía entendido…
-Nosotras igual, por eso tengo que descubrir, por el bien de las dos.
-Entonces ¿es cierto que tuvieron algo?
-Yo no me enteré hasta hace poco, pero al parecer lo es.
- ¿No te convence?
-Megan está segura que es él. Yo solo me tengo que asegurar de porque mierda desapareció, y saber si es realmente quien dice ser.
- ¿Y cómo vas hacer que se haga la prueba? Porque estoy seguro que te quieres asegurar antes de que tu madre se entere.
-No va a ser complicado.
- ¿Ahora me contestas la pregunta de cómo estás o tendré que esperar por la respuesta?
-Yo estoy bien.
- ¿Estás segura de eso?
-Si, sólo quiero dejar a David ahí e irme a casa a pasar lo que queda de día con Alison.
-Si es lo que quieres, es lo que haremos.
Me acerqué más a él y me dio un beso en la cabeza. Realmente estaba cansada, pero tenía que arreglar todo esto antes de que a Megan se le escapase o mamá lo viese por cualquier lado.
Después de un par de minutos más andando, llegamos al puerto y poco más tarde al barco, en el que hago subir a David y los guardaespaldas primero, y luego Hugo me hace subir a mí, pero tampoco le voy a discutir nada en este mismo momento.
Una vez dentro del barco, le muestro donde está y que bajo ningún concepto salga del barco. Al principio se niega, pero acaba por aceptar, no sé si fue al ver la cara que tenía o que, supongo que si Megan le había hablado de mi en el pasado, sabe de sobra que no soy una persona con la que debas meterte.
Al fin, después de un cuarto de hora en el barco, Hugo y yo nos vamos a casa sin los guardaespaldas, porque estoy más que segura que él los necesitaría más que nosotros dos y una vez en casa ya le mandaría más guardaespaldas.