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Chapter 224: Apócrifo - Gods land - Capítulo 2

Al otro día, el grupo se levantó temprano y emprendió su viaje. Como a eso de las diez de la mañana pasaron por un poblado y el conductor de la carreta se acercó a la gente para comprar provisiones. Por otro lado, la misteriosa mujer permaneció sentada en el asiento del conductor, como si estuviera cuidando del carreta. Por su parte, Kain salió a estirar las piernas y converso con los viejos del poblado. Se sentó junto a tres cabezas nevadas y les convido algo de vino para que soltaran la lengua.

Corría mucha información por el poblado para ser un lugar alejado de Orario. Se decía que un extraño gremio de ladrones se había formado en la ciudad laberinto. También que estaban teniendo una guerra silenciosa con las principales familias. Dentro de todo esto se hablaba que los aventureros habían alcanzado nuevos niveles de fuerza y se estaban levantando héroes de entre ellos, pero ninguno de los veteranos sabía sus nombres. Lo que si sabían, era que los jóvenes del poblado estaban locos por ir a probar suerte a Orario.

Después de un tiempo, el conductor volvió a la carreta y el grupo reinicio su viaje. Kain tenía ganas de preguntarles por alguna información relevante de Orario, pero no lo hizo. Si importunaba a la misteriosa encapuchada delante de él, perdería su medio de transporte.

Como al medio día se detuvieron y una vez mas comieron por separado, todo tranquilo, todo en paz. De esa manera siguieron viajando, pasando varios días juntos. Interactuando lo mínimo posible, ya que ellas jamás le preguntaron nada a Kain y este último les devolvió el favor.

Todo esto continuo durante tres días, hasta que al cuarto día, las misteriosas encapuchadas se quedaron sin comida. Para el desayuno del cuarto día, Kain puso a cocer un trozo de pan bajo las brasas de la hoguera y un trozo de carne al fuego. También había puesto una tetera metálica con agua a hervir, a la cual le faltaba poco para estar lista. Mientras tanto, Kain miraba como las misteriosas viajeras trataban de cazar aves cerca de una arboleda. Kain negó con una sonrisa mientras las veía fallar de manera estrepitosa. Trataban de cazar aves con magia, lo cual era una buena opción con el debido control de la fuerza. El único inconveniente, fue que ellas se ponían a recitar largos hechizos, y cuando estaban listas, las aves salían volando. Hubo un intento bastante bueno por parte de la mujer que ponía la voz falsa, pero al final termino mal. Le apunto con una magia de viento a un ave. Era un zorzal con un enorme pecho blanco prístino. El hecho es que la mujer le lanzo la magia y le reventó al zorzal toda la parte superior del cuerpo. Las entrañas y sangre se dispersaron por todos lados y la misma mujer no pudo aguantar el espectáculo, así que vomito.

Kain se largó a reír mientras las miraba sufrir. La mujer de la voz falsa continuaba vomitando mientras que la mujer de la voz cristalina y agradable, le acariciaba la espalda. No obstante, la mujer agradable de vez en cuando le dirigía miradas rencorosas a Kain. Este último solo negaba mientras escuchaba el gorgoreo de la tetera y la sacaba del fuego. Tomo una taza metálica y le vertió el agua, después dejo la tetera a un lado y le echo a la taza dos cucharadas de café con una de azúcar. El agradable aroma no pasó desapercibido, al poco tiempo, las dos mujeres cubiertas con capucha, se acercaron a la hoguera de Kain.

La mujer de voz cristalina y agradable, ya no se escuchaba tan agradable en su tono de voz, se destapo el rostro dejando ver unas tiernas facciones élficas y sus largas orejas -creo que es tiempo de que pagues una tarifa por el viaje- dijo en un tono molesto.

Kain le dio una mirada, el pelo verde le caía hasta los hombros y a pesar de que trataba de poner cara de pocos amigos, solo era una pequeña hermana enfadada a los ojos de Kain. Llegaba a ser tierna.

-Por supuesto- dijo Kain con una sonrisa divertida -dile a tu amiga que se lave primero, le haré algo para que afirme el estómago. Después de haber botado todo lo que comió durante la semana, debe haber quedado débil-

La mujer de la voz falsa estaba agachada y su postura era débil, mientras que la elfa con el rostro de hermana enfadada la rodeaba con su brazo derecho. Esta última asintió suavizando su ceño y se llevó a su amiga un poco más allá.

Por su parte, Kain saco una pequeña olla de su anillo, vertió arroz y agua, y lo puso al fuego.

Al rato después llegó el dúo, la muchacha de la voz falsa seguía teniendo una postura débil. Kain negó cuando la elfa del pelo verde la condujo para que se sentara en un roca. Así que a un metro de la hoguera, Kain coloco unas frazadas en el suelo y se las ofreció a la mujer para que se acostara. Está acepto con cierta reticencia, pero al final se acostó soltando un gruñido de dolor.

-Voy a ir a buscar la carreta y las cosas, no le hagas nada a mi amiga- dijo la elfa

Kain solo soltó una divertida risa.

Una hora más tarde, toda la comida estaba lista. Kain primero le dio de comer un poco de arroz blanco a la elfa que estaba sobre la frazada. Después le convido un poco de carne, tortilla y café a la que se encontraba bien.

Por otro lado, mientras Kain abría un trozo de tortilla y veía como salía el vapor de la masa recién cocida, le pregunto a la elfa enfrente de él -¿Cómo te llamas?-

-Aina ¿y tú?- pregunto devuelta la hermosa elfa, parecía una ardilla al tomar el pan con las dos manos e ir comiendo pequeños bocados uno tras otro.

-Kain, mucho gusto- respondió Kain

-Mucho gusto, Kain-

-¿y tu amiga?-

Aina detuvo su gustosa comida y miró a su amiga, después negó con cierta preocupación -no te puedo decir, dejémoslo con que somos amigas- dijo

-Bien- respondió Kain con una sonrisa, le dirigió una mirada a la muchacha que estaba sentada sobre las frazadas y cubierta por su capucha. Ella cuchareaba con cierta disconformidad el arroz blanco.

-Mucho gusto, amiga de Aina- dijo Kain

No obstante, su broma no tuvo respuesta, "La amiga de Aina" solo siguió comiendo. Kain por otro lado, retomo su comida con cierta incomodidad.

-o-

Recién al día siguiente pudieron retomar el viaje, al parecer "la amiga de Aina" estaba demasiado débil para moverse. El hecho es que retomaron el viaje de la misma manera en que lo hicieron desde el principio. Con un conductor pendiente de la carretera y el caballo, mientras que los otros dos extraños, iban callados en la parte trasera de la carreta.

No obstante, algo que cambio por completo fue la alimentación de todos. Gracias a la interacción del día anterior, Aina le pidió a Kain que cocinara. Este ultimo pensó que como lo estaban llevando gratis estaba bien, así que no se hizo problemas. Para el almuerzo de ese día, Kain había hecho una sopa.

-Qué diferencia hace alguien que sí sabe cocinar- dijo Aina colocando una gran sonrisa llena de complacencia mientras olía el agradable aroma de la sopa. La amiga de Aina solo asintió.

-Me alegra que te guste, dime ¿A qué te dedicas?- pregunto Kain, mientras le tendía un cuenco con comida, el cual emitía vapor.

Aina lo iba a tomar, pero se detuvo, tomo una gran respiración y le dijo -no te puedo decirte Kain y es mejor que no ahondes mucho-

-Bueno- dijo Kain sin molestarse y la quedo mirando.

Aina tomo el cuenco y Kain preparo otro para la amiga de Aina

-Solo trataba de conversar, ya que no quieres decir, te conversare de mi- dijo Kain

Entonces Kain les hablo de la joyería, de su tiempo como aventurero y de su herrería. Eso alivió un poco el ambiente tenso y contribuyo a una gran conversación. Al final del almuerzo, Aina preguntaba por un montón de cosas. Incluso la amiga de Aina estaba pendiente de cada cosa que les decía Kain. Al final, Kain tuvo que cortar la conversación, si no nunca retomarían su viaje. No obstante, no pudo escapar a la noche, conversaron durante un par de horas hasta las una de la mañana. Las muchachas bebían té, mientras que Kain ya llevaba su segunda botella de vino. Aina se animó y le pidió una copa.

-MMMM- dijo Aina después de darle un sorbo a la copa -esto es exquisito ¿En dónde lo compraste?-

-Yo lo hago- dijo Kain pavoneándose

-Mentira-

-Es verdad-

Aina apretó su ceño con cierta incredulidad y le dijo mientras volteaba su rostro -no te creo-

-No me creas- dijo Kain con una agradable sonrisa llena de seguridad mientras levantaba los hombros con indiferencia. Después de eso, se sirvió otra copa de vino. Kain noto que la amiga de Aina le tiraba de la capa a Aina y esta última acerco su oído para escucharla. Discutieron en voz baja hasta que al final, Aina soltó un suspiro y asintió indefensa.

-Kain ¿puedes convidarle vino a mi amiga?- pregunto Aina como si no quisiera pronunciar esas palabras.

-Claro ¿Por qué no?- respondió Kain con una sonrisa, saco una copa y la lleno hasta la mitad. Después se la tendió a Aina y esta última se la paso a la misteriosa mujer.

Kain y Aina siguieron conversando después de eso, mientras la misteriosa mujer seguía bebiendo en silencio. Mantenía la copa entre sus manos mientras le daba pequeños sorbos cada cierto tiempo. Aina siguió probando vino y cuando llego a su tercera copa se sintió mareada, así que dijo que no bebería más. Además le advirtió a Kain que podía estar mareada, pero que si intentaba algo chistoso, le reventaría los huevos. Kain intuyo que estaba mas que mareada, ya que por lo usual, ella no ocupaba ese tipo de lenguaje.

Por otro lado, la amiga de Aina, mantenía la misma copa en la mano izquierda mientras que con la derecha, se echaba viento a la cara. Al parecer le estaba dando calor. Después de terminar su copa, le hablo de algo a Aina, la cual estaba empezando a hablar con una voz embotada. Pero a diferencia de la vez pasada, no cuestiono a su amiga y solo asintió.

-Kain, dale más vino a su majestad- ordeno Aina con unas mejillas enrojecidas mientras el fuego de la hoguera le iluminaba la cara.

Kain soltó una risita y el dijo -será mejor que lo dejes, ya esta mas o menos borracha-

-Tonterías- dijo Aina en un tono alto -yo tome varias copas, ella no debería tener problema con una segunda- de repente se callo y puso su dedo índice sobre sus labios -¿o sí?- pronunció con duda, después cambió a un rostro indiferente y dijo -da lo mismo, solo sírvele a su majestad-

-Ok, lo que tu digas- dijo Kain sin poner mas trabas

Después de eso, siguieron conversando, Kain le dio un poco de pan y carne a Aina para que se le pasara la borrachera. Una vez que ella termino de comer, siguieron conversando mientras la noche se extendía de manera grata. Al final, cuando se iban a ir a acostar. Aina noto que su amiga se había bebido por completo la segunda copa. Recordando las indicaciones de su tío, se sintió aliviada de que no pasara nada. No obstante, cuando mezclas dos cosas que no deberían, siempre hay una reacción.

-Por dios, ¡que calor!- exclamo la misteriosa elfa al lado de Aina. Se empezó a desabrochar la blusa hasta el cuarto botón y se quitó la capa. Kain quedo un poco asombrado y trato de mirar para otro lado, pero al parecer, la amiga de Aina no se detendría ahí.

-Su majestad- dijo Aina en un estado de preocupación, estiro sus manos para cerrarle la blusa, pero su amiga le abofeteo las manos.

-Déjame, Aina ¿No ves que tengo calor?- dijo la amiga molesta. Después se levantó y comenzó a agitar los bordes de su blusa como para que entrara más aire. No obstante, en ese momento vio a Kain volteado hacia otro lado. Algo le molestaba, así que camino hasta él y se paró en frente.

-¿Quién eres tú, hijo de puta? ¿También me quieres ocupar como tu semillero?- pregunto enojada

Por su parte, Kain levantó su rostro y vio a una esbelta elfa con un cabello esmeralda. Tenía una mirada entre aburrida e intelectual. Su escueto sostén se veía a través de la abertura de su blusa.

Ella bajo la mirada y miró hacia donde Kain miraba, su rostro cambió a uno molesto. Chasqueo la lengua con disgusto y le dijo a Kain como si fuera su enemigo -ustedes lo único que ven son un par de tetas, un culo o una vagina, pero no se preocupan por nada más. Maldito hijo de puta, te enseñare una lección ¿quieres ocuparme cómo tu semillera? No te preocupes, yo te rellenaré a ti primero con mi magia-

Entonces la elfa de pelo esmeralda comenzó a cantar un hechizo y cuando lo termino, creo una estaca de hielo y se la arrojo a Kain. Este último la golpeo con el dorso de su mano en un gesto tranquilo y despreocupado, haciéndola estallar en pequeños fragmentos brillantes. Después se levantó.

Como la elfa vio que su magia no tuvo ningún efecto, se enojó aún más. Se arremango las mangas de la blusa y apunto sus manos a Kain. Este último sonrió y moviendo su puño como si golpeara una pared a su lado, genero un nítido tintineo, como el de una campana y emitió el hechizo "Voto de silencio".

Por su parte, la elfa abrió los ojos como platos y se miró las manos con susto. En ese momento, Aina corrió y la abrazo mientras le decía que se tranquilizara.

Al mismo tiempo, Kain solo soltó un suspiro y se alejó para irse a acostar unos metros más allá.


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