No puedo pensar en nada más. Me siento más culpable sabiendo todo esto. Escucharlo de mi padre no dolió tanto, a cómo duele escucharlo directamente de él. Quisiera ser positiva y poder aceptar esto, pero no sé si pueda. No quiero dejarlo, pero me lastima saber eso. Voy a tener un hijo con él y no quiero alejarlo. Quisiera que tenga la oportunidad de ver a su hijo crecer, pero ¿qué hago con esta culpa? Mi hermana está viva luego de tanto tiempo que la creí muerta. Saber que está siendo vendida y sufriendo, y que fue por Akira me duele. Estoy consciente que según él la está buscando, pero eso no cambia las cosas. ¿Cómo pudo mi padre hacer esto?
Akira me ocultó algo tan importante. La razón por la que lo haya hecho no importa, pero lo hizo. Quisiera poder perdonarlo y aceptar que ha cambiado, pero no sé si pueda. Quisiera olvidar todo esto, quisiera hacer de cuenta que esto no pasó.
No pude dormir en toda la noche, estuve pensando y llorando. No puedo decidir que debo hacer. Mi corazón quiere a Akira, quiere perdonarlo, pero mi mente y la culpa me lo impide. No puedo dejar de amarlo. Quizás lo mejor y conveniente para los dos es que nos alejemos por un tiempo, así las heridas pueden sanar y este dolor también. Será mejor que haga la maleta y hable con él.
Preparé la maleta y salí del cuarto. Busqué a Akira por la casa, pero parece que no ha despertado. No sé si deba entrar a su cuarto, pero no me puedo ir sin decirle. Solo espero que lo entienda, no es algo definitivo. Toqué la puerta de su habitación, pero no respondió. ¿Será que salió? Bajé y vi que su auto estaba ahí, supongo que no quiere responderme. Quise irme, pero algo me decía que no lo hiciera. Tenía que hablar con él antes, no puedo dejarlo así y que se preocupe. Caminé a su habitación y le toqué otra vez la puerta. Quiero pensar que es que no me escuchó y que está profundamente dormido. No hubo respuesta, así que me atreví a entrar.
El cuarto estaba hecho un desastre, habían vidrios y botellas en el suelo, ¿Qué es lo que estaba haciendo en esta habitación? No estaba en la cama entonces, ¿Dónde puede estar? Caminé a la puerta del baño, quizás estaba durmiendo en la bañera como a veces hace. Al abrir la puerta me encontré con Akira tirado en el suelo.
—¿Akira?— corrí a donde él sin pensarlo dos veces
Lo moví intentando que reaccionara, pero no lo hacía. Estaba respirando, pero su cuerpo olía alcohol, debe estar intoxicado. Intenté hacer fuerza para llevarlo a la cama, pero no podía. Será mejor que busque a la empleada, o a uno de sus hombres para que me ayuden. Al tratar de pararme, Akira me jaló del brazo
—No te vayas, lisa—su rostro estaba rojo y sus ojos se veían cristalizados
¿Acaso ha estado llorando?
—Levántate, tenemos que llevarte a la cama. No puedo hacer este peso por mi cuenta.—Akira se levantó como pudo y lo ayudé a llegar a la cama para acostarlo
—Iré a prepararte una sopa a ver si se te pasa—fui a la cocina y le preparé una sopa, esperando que le ayudará en algo
Es la primera vez que le preparo algo de comida, aunque sea algo sencillo. No sé ni por qué estoy pensando en eso. Volví a la habitación y lo ayudé a sentarse. Le llevé la cuchara a la boca y se la comió, terminó toda la sopa sin ninguna queja, aunque estuvo en todo momento con los ojos cerrados.
—¿Te sientes mejor?— abrió lentamente los ojos y acarició mi mejilla
—Quédate conmigo— musitó
Aún está pensando en eso, en vez de pensar en la situación que se encuentra.
—Akira, no hablemos de eso ahora.— intenté evadir el tema, pero Akira me sujetó por ambos hombros
—Yo quiero hacerlo— evadí su mirada un poco avergonzada
—No es algo de lo que quiera discutir ahora. Estás ebrio.
Me hizo acostar a su lado
—¿Qué crees que haces?
—Estaré ebrio, pero sé lo que quiero, y lo que quiero eres tú—Akira se subió sobre mí y me besó
—No hagas esto más difícil—le pedí, intentando sacarlo de encima de mí
—Déjame demostrarte que puedo cambiar, lisa— acarició mi mejilla y me volvió a besar
Tenerlo de esta manera no me permite pensar con claridad. La poca fuerza de voluntad que tenía hace unos minutos, se desvanece cada segundo que transcurría.
—Quiero demostrarte que eres todo para mí. No quiero que te alejes nunca —bajó su mano a mis senos, acariciandolos lentamente por encima de la blusa
—Akiraz por favor...—hace que sea más difícil todo
—No soy bueno en las palabras, pero puedo demostrarte lo que estoy sintiendo en este momento.
—Estás ebrio, eso es lo que te pasa.
—Quizás, pero siento la necesidad de hacerte el amor ahora —besó mi cuello, mientras metía sus manos por debajo de mi camisa, acariciando mis senos directamente
—No puedo, Akira. Tengo que odiarte, ¿Por qué no puedo?—me sentía frustrada, por más que intentó negarme, no puedo
—Ódiame, pero no me dejes.
Akira besó mi cuello bajando a mi pecho, pasaba lentamente sus labios sobre mi piel. Mi cuerpo se estremecía al sentir sus caricias y sus besos. No puedo odiarlo y no quiero tampoco.
—Si luego de hacerte mía quieres irte, no te detendré, lo prometo. Ahora sólo déjame amarte.
¿Cómo podría negarme ante su petición?
Akira me quitó el pantalón, mientras que besaba lentamente mis piernas, no hubo lugar que no haya besado. Abrió mis piernas para continuar besando y lamiendo cada parte de ellas, hasta llegar a mi vagina. Pude sentir su roce con su lengua, lo que me generó un escalofrío en todo mi cuerpo. Pasó su lengua por encima de mí ropa interior y alrededor de mi clítoris, moviéndola en forma circular y de arriba hacia abajo. No podía controlar mis jadeos ante tal sensación. Sentí su dedo rozando a la par con su lengua y lo colocó lentamente, dejándome escapar un gemido aún más fuerte. Me penetró con su dedo lentamente, ya no podía aguantar más al sentir su delicadeza, me tenía al borde de la locura. A diferencia de todas esas veces que lo hizo, el que fuera gentil con mi cuerpo de esa manera me hacía sentir más excitada. Subió con su boca, besando y lamiendo todo a su paso hasta mis senos, mientras seguía penetrando mi vagina suavemente. Pude ver cada uno de sus movimientos mientras lamía mis senos, al presenciar eso mi cuerpo no paraba de temblar.
—Te amo, lisa— me miró fijamente, mientras movía a un lado mi ropa interior y bajaba el cierre de su pantalón
—Te amo, Akira— respondí casi sin voz
Me penetró suavemente. Cada centímetro que entraba a esa velocidad me ponía más caliente, al igual que ver la reacción excitante que tenía Akira. Se movió suavemente dentro de mí, pero llenándome completamente de él. Se acercó a mi rostro para robar mis labios, robando cada gemido de excitación que provocaba en mi. Sus besos eran muy delicados, sujetaba mis manos, mientras continuaba. Hace mucho tiempo no me demostraba su afecto de esta manera.
—No quiero perderte. No quiero despertar una mañana sin verte a mi lado. No quiero dejarte ir, lisa. Perdóname por ser tan egoísta, pero no puedo estar sin ti. Te necesito conmigo para poder sentirme completo. Entiéndelo.
—Akira, yo… no veo una vida sin tenerte a mi lado. No puedo odiarte y no quiero hacerlo tampoco. No puedo dejar de amarte, aún sabiendo toda la verdad. No puedo sentir miedo de ti y de tus demonios. No puedo, ni quiero huir de tus brazos en este momento; aunque me mates de a poquito con tus acciones, pero no quiero dejar de sentir esto que siento cuando estoy en tus brazos. No quiero dejarte solo, no quiero verte llorar, mi corazón se rompe en pedacitos cada vez que veo unas lágrimas en tu rostro, por más que las merezcas. Siento culpa por todo lo que ha pasado, pero sé que has cambiado. Quiero creer en que si lo hicistes. Me siento triste por todo tu pasado, por todo lo que has vivido para llegar aquí, y debería sentir miedo de haberme enamorado de ti, aún sabiendo que no has sido una buena persona, pero no lo siento. Aún sigo amándote a pesar de todo.—su mirada sorprendida me dejó en claro que de alguna manera esas palabras llegaron a su corazón
—Lisa... —Akira continuó moviéndose dentro de mí suavemente, pero constante
Sentir su voz agitada y sus jadeos al hacerlo me tenía al tope
—Si haces eso no podré controlarme, lisa.—puse mis manos alrededor de su cuello aferrándome a él para que no se detuviera
—Lléname de ti, Akira—ya no sentía vergüenza de pronunciar esas palabras, aún sabiendo que él perdería el control de sí mismo
Sus movimientos eran un poco más fuertes, aunque noté que estaba tratando de controlarse.
—Lo haré —me besó apasionadamente y realmente me llenó en todos los aspectos
No podía pensar en nada más que él. Quizás sea un pecado que aún sabiendo lo que es y lo que fue, no pueda dejar de amarlo. Ni siquiera siento la necesidad de huir en un momento como este. Me tiene en sus manos para hacer conmigo lo que quiera, aún sabiendo que no es seguro que permanezca a su lado, siento la necesidad de quedarme.