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76.88% The Guardian [Spanish/Español] / Chapter 755: Historia Paralela La Caída Capitulo 38: Falsa paz.

Chapter 755: Historia Paralela La Caída Capitulo 38: Falsa paz.

Diferentes magias artísticas podían ser vistas por el cielo de la ciudad de Luxemburgo, festejando el inicio del año 2033.

La ciudad estaba de fiesta y el mayor festejo era la paz que los terrícolas habían logrado obtener.

Desde la reciente movilización de grandes héroes como el Gigante de Acero o el Arcángel Miguel de Estados Unidos, el mundo estaba saliendo de algunas dificultades.

Ellos viajaban por todas partes de este mundo, desde las ciudades europeas a las ciudades australianas al otro extremo del mundo.

Algunas veces pasaban por tierras africanas para luego aparecer en zonas del continente americano.

Ayudaban de múltiples maneras y cada uno de esos héroes se estaba volviendo cada vez más conocido, mientras que, por otra parte, las dos gigantescas iglesias actuaban con una mayor proactividad.

Trayendo de alguna manera paz a estas tierras y extendiéndose con mayor ímpetu.

Y en algunas naciones los nuevos políticos que estaban ascendiendo o postulándose para obtener poder prometían un nuevo cambio mundial y varios de ellos estaban fuertemente unidos.

Era paz y tranquilidad… Una falsa paz oculta en sangre.

"No, por favor… Para."

"Por favor."

"No nos haga daño."

Víctor, que estaba usando una máscara de cerdo ajustándose a su nuevo rol, observó la ciudad desde la terraza de uno de los edificios más alto de la zona.

Se dio vuelta y vio a la gente arrodillada en el edificio, llorando y suplicando.

Algunos estaban heridos, envenenados o restringidos con maldiciones y estaban llorando porque cerca de ellos había varios cadáveres.

Había estado varios meses con esta nueva identidad, tratando de ascender en los puestos de la organización, haciendo el trabajo sucio.

Sus superiores, que hasta ahora permanecían desconocidos al darse cuenta de que él estaba dispuesto a todo, le dieron cada vez más tareas complejas y esta era una de ellas.

"Señores y señoritas, si ustedes me dicen lo que deseo los dejaré ir." Dijo Víctor en voz alta.

El tono, la voz y su figura era igual al hombre detrás de la máscara de cerdo, solo que ahora lo único que cambio era la personalidad.

Al menos esa era la mentira que estaba llevando a cabo.

"Di lo que quieres… Trataré de cumplir mientras no nos mates." Dijo el jefe entre el grupo.

No estaba atacando a criminales o alguna organización del bajo mundo, el hombre y su gente eran partes, un famoso diario y estaban trabajando durante año nuevo porque tenían algo grande.

"Dame todo lo que tienes de Fabien Piaget." Ordenó Víctor con una voz seria.

La organización a la cual Víctor pertenecía se ocultaba bien y él había logrado descubrir algunos miembros mientras lentamente se ganaba la confianza de todos.

Lo que se había dado cuenta era que los miembros de la organización apoyaban varios políticos tanto financieramente como encubriendo las fechorías.

En este caso, la identidad que ocupaba era un banquero que desviaba fondo a varios políticos de algunas naciones europeas y ahora que estaba tomando trabajos cada vez más complejos, le pidieron que se encargara de esta situación.

Fabien Piaget era un político francés y un supremacista de los usuarios de habilidades y uno de los políticos más destacados que estaba compitiendo por la presidencia francesa y estaba obteniendo mucho apoyo.

Las mujeres y hombres que estaban aquí investigaban a ese político y fue obvio que tenían algo.

"Toda la información ha sido respaldada si muero…"

Víctor ordenó a uno de sus hombres para que actuara y ese criminal agarró del cabello de un joven trabajador y lo degolló.

Los gritos sonaron y el jefe se puso pálido al darse cuenta de que no estaban bromeando.

"¿Cuánto se demoran las personas en desangrarse?" Preguntó Víctor y mirando a su gente, cuestionó. "¿Qué creen, chicos?"

Para actuar y moverse tuvo que conseguir personas que estuvieran dispuestas a todo y mayormente que fueran leales.

En realidad, tales individuos eran raros, así que Víctor cazó jugadores y criminales que escaparon de Estados Unidos y lo puso bajo su mando con contratos de esclavitud.

"Varios minutos. Nunca me puse a contar." Respondió uno de esos criminales.

Eran básicamente bastardos, ignorantes y lunáticos que no dudaban en matar inocentes… Similar a él.

Tuvo que rezar a un Dios del Infierno y a quien eligió fue a Avaricia, quien le respondió.

En Terra nova era cliente de ese dios, así que no era raro que le respondiera en este mundo a pesar de que los Dioses Infernales y la mayoría de los Dioses Demonios de Terra nova no respondían.

Al final estos tipos fueron suficiente como para que él destacara en la organización y como los contratos de Avaricia fueron bien ocultos, la gente creía que estos criminales lo seguían al ser contratados por él.

"Yo… Lo entiendo. Por favor, sálvalo." Dijo el jefe del periódico.

Víctor dio de vuelta una orden y volvieron a curar al joven, que siguió con vida perceptiblemente.

Entonces Víctor observó al viejo dueño del periódico.

Un periodista de aquellos que se metían en asuntos gordos y que no le importaba revelar asuntos pesados y peligrosos.

De aquellos que moriría por revelar la verdad.

Lamentablemente, la vejez lo había vuelto débil por el dolor de otros y peor aún, Víctor no tenía ningún impedimento moral para matar inocentes.

"Tu nieto quedo con tu esposa y te esperan en casa. El hijo de aquel hombre está de fiesta con su madre. La mujer de allí tiene gemelos. Aquel hombre tiene dos amantes. El joven de ahí tiene padres amorosos y…"

"Comprendo." Dijo el jefe del periódico al verlo detallar los historiales familiares de la gente.

"No. No entiendes." Dijo Víctor arrodillándose y mirando al hombre, señaló. "Si lo entendieras no hubieras investigado. Y ahora no estarías tan tranquilo, maquinando como un profesional."

Era fácil averiguar lo que ese viejo pensaba.

Los planes para salir de esta situación peligrosa, para escapar a salvo con su gente y para luego vengarse y delatar a todos.

Este hombre era de aquellos que podían arrodillarse, pero no rendirse y no era uno simple.

Tan solo con decir que borró su memoria de donde había guardado la información en caso de que él desapareciera era la prueba de que no andaba con rodeos.

¿Entonces cómo se controlaba a alguien de este tipo?

"Tu nieto es un buen chico. Un dormilón." Dijo Víctor sacando un teléfono que trasmitía un video y acercándose al viejo, reveló. "Esperemos que su abuelo sea inteligente."

El video era de tiempo real y estaba mostrando el interior de la casa del anciano y grababa a su esposa, mientras que el hombre que grababa se movía delante de la anciana, riéndose divertido al no ser visto.

Los jugadores estaban mayormente dementes y eran criminales que no le importaban nada, pero algunos tenían capacidades notables y él había atrapado uno que otro de esa clase.

Suficiente como para que actuaran como sus manos, pies y su sombra.

"No quiero iniciar este año con sangre de un niño en mis manos, es de mala suerte." Dijo Víctor al volver al levantarse.

¿Cuál era la mejor manera de controlar a un tipo que parecía arriesgar todo para revelar la verdad? Era miedo.

Y como era difícil dar miedo a un tipo que no temía morir, entonces tenía que apuntar a los seres queridos, amigos, conocidos y usarlos para dar miedo.

Este hombre se había vuelto viejo y si bien seguía dispuesto a arriesgar su vida, ahora tenía familia.

"Entiendo…" Murmuró el viejo bajando la cabeza.

"¿Es así? La verdad no me importa que entiendas o no. Después de todo, seguramente lo entenderás cuando tu familia haya sido asesinada." Dijo Víctor y ordenando a sus hombres que se movieran, ellos sacaron brebajes y él detalló. "Estos brebajes eliminarán sus recuerdos. Creerán que han cumplido la tarea que tenían entre manos e irán a casa sin ningún trauma."

Los brebajes fueron dados a los trabajadores del periódico que hoy estaban ayudando y el jefe les dio un asentimiento para que lo bebieran.

Todos los hicieron… Aunque no tenían más opción.

En un instante el efecto de los venenos y las heridas en los cuerpos fueron curadas y los ojos de esas personas se volvieron blancos.

Entonces aquellos 'cadáveres' se levantaron de vuelta con los mismos ojos blancos y se movieron para salir de esta área, sorprendiendo al viejo periodista.

"Un poco de magia mental, un toque de ilusiones y tienes un pequeño espectáculo para asustar a cualquiera." Reveló Víctor y señalándole la salida al viejo, comentó. "Ahí tienes la salida. Escucharé el informe si eventualmente entendiste o no."

Engañó a la gente con los muertos y eso fue porque esta operación requería ser meticuloso y preciso al actuar.

Sin dejar evidencias de su actuación, pero tampoco tratando de ocultar que había algo raro en contra del político francés que este diario investigaba.

Y estaba dejando salir al viejo sin nada más que una amenaza.

"…"

El viejo no se retiró, sino que permaneció al frente de él, dudando y esperando órdenes… Reconociendo la posición en la que se encontraba.

Y Víctor con la máscara de cerdo sonrió lanzándole una botella con pastillas.

"Tranquilizantes mágicos. Te ayudará a dormir y descansar cómodamente. Así como también a evitar que alguien se dé cuenta de que algo raro sucede. Puedes pedirle a un alquimista que los revise y los haga para ti." Dijo Víctor y en calma, ordenó. "No sigas buscando. Da una buena excusa para hacerlo. En cuanto a la información, no la borres y guárdala."

Las pastillas evitarían que viejo se mostrara demasiado asustado o nervioso, evitando que la gente cuestionara.

En cuanto a lo que tenía que hacer, no era borrar la información.

Víctor estaba disfrazado como un miembro de la organización, pero él lo único que tenía que hacer era dar la apariencia de éxito y no ayudar a esos bastardos.

Después de todo, luego de infiltrarse necesitaría estar preparado para desbaratar la organización y no había mejor manera que volver las tareas que le dieron en contra de ellos.

Justo como ahora.

"Comprendo." Dijo el hombre.

Esta vez hubo una mayor comprensión.

La comprensión de que él no era un amigo de aquellos que trataba que cubrir, sino que un enemigo al cual podían unirse.

El miedo lo controlaría, pero la esperanza de actuar era lo que lo llevaría a mantenerse tranquilo… Ese equilibrio era lo que evitaría que cometiera una estupidez.

¿En cuanto a la organización? Víctor ya había usado contratos en nombre de un Dios Infernal en secreto y de esa manera se había asegurado de poner a la gente que lo vigilaba de su lado.

Y una vez que lo cuestionaran, otros saltarían para defenderlo y apoyarlo mientras lo impulsaban para que ascendiera.

Entonces, luego de descubrir que era lo que planeaban los jefes de la organización seria cuando actuaria para destruir todo… O tomarlo.

******

En la sala de su casa, Agatha se detuvo un momento al ver que Alice estaba comiendo lentamente.

Aurora estaba con su maestro entrenando como siempre y ya había logrado percibir la energía mágica y diferenciarla y ahora estaba en el punto de tratar de controlarla.

A pesar de que carecía de alguna afinidad, en particular como algunos magos que estaban apareciendo, Aurora tenía cierta afinidad a la energía mágica y podría convertirse en una maga si se pulía esa capacidad desde la niñez.

Sin embargo, Aurora estaba muy decidida en lo que quería convertirse, muy diferente a su otra hija.

"¿Qué sucede, cariño?" Preguntó Agatha sentándose y desconcentrando a la pequeña Alice del mundo de la comida.

"Nada…" Murmuró Alice desviando la mirada.

Estaba mintiendo.

Era fácil darse cuenta cuando Alice mentía, ya que desviaba la mirada y no deseaba verla a los ojos.

Agatha al verla actuar de esa manera, la sostuvo de la cintura y la levantó para sentarla en su regazo mientras la veía a ella sostener su bolsa de papitas.

"¿Estás aburrida de que Aurora se vaya?" Preguntó Agatha curiosamente y levantando el mentón de la pequeña, invitó. "¿Quieres jugar conmigo? Me gustaría jugar a los abrazos."

"¿Abrazos?" Murmuró Alice y al verla a ella asentir, titubeó y eventualmente la abrazó suavemente.

Entonces se quedó abrazándola mientras se relajaba.

A pesar de que Alice actuaba con esa atmósfera distante, en realidad ocultaba una pequeña cariñosa que le gustaban los abrazos.

Agatha la abrazó cómodamente.

"¿Es por la escuela?" Preguntó Agatha en voz baja.

Ambas estaban por volver a la escuela y con cinco años, si bien no iban a aprender totalmente, seguirían practicando sus habilidades.

Se quería que la nueva generación aprendiera de sus capacidades desde que eran niños, volviendo lo que antes era mágico en algo normal.

A la escuela que ambas iban priorizaban las habilidades, al menos de esa manera se organizaron los programas de estudio.

A Aurora le gustaba y ahora que Alice no respondía fue obvio que podía ser contrario a su hermana.

"No deberías aguantar algunas cosas por tu hermana. Tienes que contarnos cuanto algo no te guste, cariño." Dijo Agatha y viendo a Alice que la observaba, preguntó. "¿Te aburre?"

Incluso a Aurora algunas clases le aburría y era más evidente en lo teórico, disfrutando las clases de ejercicio y en aquellas en donde tenía que gastar energía.

Alice no le gustaba hacer ejercicio y si bien era muy inteligente, aprendiendo rápidamente, nunca mencionaba si le gustaba estudiar.

"Sí, es aburrido, madre. Es fácil." Respondió Alice en voz baja y mirándola a ella, dio una pequeña sonrisa y reveló. "Pero me gusta acompañar a Aurora… A mi hermana."

Ella se sonrojó sutilmente al llamar a Aurora 'hermana' y Agatha al verla, no pudo evitar sonreír.

Alice era demasiado linda y adorable cuando dejaba de lado esa indiferencia y sus sonrisas eran encantadoras.

"Supongo que no dejaras de ir, incluso si te lo pido." Dijo Agatha y Alice asintió de inmediato, entonces viéndola, señaló. "No siempre tienes que seguir a tu hermana, cariño. A veces debes tomar tus propias decisiones."

Le gustaba que ambas se llevaran bien, no obstante, no quería que Alice dependiera totalmente de Aurora y la siguiera a todas partes.

"Pero esta es mi decisión." Respondió Alice inclinando la cabeza como si no comprendiera a lo que se refería.

Era libre de tomar su elección y seguir a su hermana era esa elección.

"¿Crees que con solo actuar linda puedes escapar de mi enseñanza?" Cuestionó Agatha sacando pecho para parecer más intimidante.

Como una madre a punto de regañar a una niña que acababa de atrapar y Alice desvió sus ojos para los lados al ser atrapada.

Era una pequeña astuta que sabía cómo actuar para conseguir lo que ella quería y si bien no lo hacía de manera seguida, a veces usaba esos pequeños trucos delante de ella.

Especialmente…

"Yo no soy como tu padre que es engañado fácilmente." Dijo Agatha pellizcando la mejilla de Alice.

La principal víctima de esta pequeña glotona era su esposo, que terminaba comprando todo lo que ambas deseaban cada vez que salían.

No era un problema el dinero, no obstante, la mimaban demasiado y Alice siempre traía demasiada comida a casa.

"Serás muy problemática cuando crezcas." Murmuró Agatha abrazando a su hija y riéndose al sentir que Alice volvía abrazarla, preguntó. "¿Qué tal que mientras Aurora está entrenando vamos a pasear?"

"¿Y comer?" Dudó Alice al mirarla emocionada.

"Si te portas bien." Respondió Agatha sonriendo.

Alice dio una pequeña y linda sonrisa que muy pocas veces daba.

Agatha tenía que admitir, que sus hijas eran encantadoras.


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