El mundo es más grande de lo que uno puede imaginar.
No podemos decir que lo conocemos… Ya que no es así.
Hay que reconocer que a miles de kilómetros puede suceder algo que para nosotros es inimaginable.
Tal vez en este momento está sucediendo…
Tal vez en este momento en algún lugar apartado alguien está siendo asaltado…
Tal vez alguien este luchando contra monstruos…
Sin embargo, me gustaría pensar que en esos 'tal vez' también se encuentren héroes.
Héroes que detienen lo inimaginable, salvan a inocentes y se enfrentan a esos monstruos.
Esos héroes sin título y sin reconocimiento que son un punto olvidado en la historia.
Todos conocemos o hemos escuchado historias de la Primera Heroína, del Gigante de Acero, la Luz de Plata, el Director Vincent y de otros héroes altamente reconocidos en el pasado.
Pero ahora también existen.
En áfrica donde para muchos es considerado un continente 'pobre', 'arruinado' y sin civilización o como otros lo llaman 'las tierras de nadie'.
En ese lugar se mueven héroes que no tienen títulos, que permanecen en la oscuridad salvando inocentes y ayudando.
En el peligroso continente africano se encuentran héroes cuyo nombre solo es recordado por aquellos que fueron salvados.
No descienden del cielo esperando que las cámaras los fotografíen.
Solo dan un paso al frente para detener el peligro.
De esos héroes estoy hablando.
Mientras que los grandes medios dicen que el mundo es pacífico, en un rincón de un continente olvidado sucedía una guerra.
Una guerra que devastó ciudades y dividió familias.
Una guerra con soldados crueles que eran capaces de usar su tanque para dispararle a inocentes y ante esa crueldad.
Ante esa desesperación, siempre hay héroes.
Héroes que ayudan esas ciudades y reúnen a familias.
Héroes que se enfrentan al disparo de un tanque para salvar a esos inocentes.
En áfrica se encuentran esos héroes que quizás estén esparcidos por el mundo, con la única diferencia de que nosotros no nos damos cuenta.
Hoy hablaré de esos héroes.
De héroes que llevaron a un gran grupo de refugiados a un nuevo hogar.
Héroes que se levantaron para proteger a sus familias, a sus compañeros, a sus amigos o simplemente protegiendo a desconocidos.
Hoy les hablaré de los héroes sin títulos.
******
En un viaje en un taxi, Aurora leyó el artículo sin contener su sonrisa.
"¿Otra vez leyendo el artículo de Érica?" Preguntó Alice al ver a su amiga mirando su reloj holográfico.
"Solo lo encontré en otra revista eso fue todo." Respondió Aurora y con una sonrisa, murmuró. "No espere que tuviera tanto reconocimiento."
Tras la introducción de Érica, se detallaba la misión Arca reuniendo entrevistas de los milicianos, refugiados y aventureros que participaron en la misión.
Básicamente detallando la misión desde otra perspectiva.
Tuvo bastante reconocimiento en el Reino Unido y fue publicado en otras revistas.
Si bien no fue hasta un punto de que cambió la perspectiva de la gente, seguramente informó a otras personas de lo que sucedía en áfrica.
También le dio popularidad a Akira de forma indirecta, pero como el artículo se centraba en los milicianos, el efecto no fue tan grande.
Descendiendo del taxi, ambas bajaron a la mansión de su supuesto hermano.
Como siempre se encontraron algunos turistas sacando fotos y al igual que antes, Aurora los ignoró y se adentró al lugar.
"Creo que madre estaría interesada de que investigaras a tu hermano." Dijo Alice cuando entró a su lado al edificio.
"Es posible." Respondió Aurora asintiendo.
Esta mansión fue ocultada por su familia y solo revelada cuando fue enviada a la academia.
Su madre seguramente quería que una vez que ella obtuviera curiosidad sobre su hermano, lo investigara y quizás encontrando cualquier detalle sobre él.
Era difícil saber cuál era la intención de su madre, pero…
"No tengo conexión con mi hermano y mis padres siempre se negaron a hablar de él cuando era más joven. Ahora estoy demasiado ocupada para ponerme a investigar." Comentó Aurora encogiéndose de hombros mientras entraba a la mansión.
A pesar de que no estuvieron por un mes, el interior de la mansión se mantuvo igual de limpia que siempre.
Aurora ignoró la mirada de su glotona hermana.
En su momento tuvo curiosidad y preguntó sobre él.
Sin embargo, quizás por su juventud, sus padres se negaron en hablar de su hermano y como cuando creció, ella tuvo otros asuntos de lo que preocuparse, perdió el interés y dejó de preguntar.
"¿Tú quieres investigar a nuestro hermano?" Preguntó Aurora con una sonrisa entretenida.
Ambas eran hermanas y, por ende, aquel individuo del cual sus padres nunca hablaban detalladamente, también era hermano de esa glotona.
Alice agitó la cabeza de inmediato.
"Creo que sería imposible llamarlo 'hermano'." Murmuró Alice con un tono ligeramente extraño.
Al igual que ella, Alice nunca había visto a su 'hermano' y, por ende, no tenía ninguna conexión o relación.
Y Alice era alguien que priorizaba la cercanía y las relaciones, lo que significaba que incluso si sus padres se lo presentaban, ella no lo llamaría 'hermano'.
"Supongo que en algún momento tendré que conocerlo, pero no será ahora. Además, sigue vivo así que no tiene demasiado sentido preguntarse sobre él." Comentó Aurora mientras revisaba su reloj holográfico y al notando que Alice la miraba sorprendida por su comentario, explicó. "Madre no habla de él como si estuviera muerto. Eso significa que está vivo."
Era un análisis básico que Aurora realizó cuando su madre le daba por hablar sobre su hermano.
El modo en el que esa mujer se refirió a su hermano, dejó en evidencia que seguía vivo.
Dejando aún mayores preguntas sobre las razones por la cual ella no lo había conocido y al final, para Aurora dio lo mismo.
No tenía interés en encontrar esas respuestas ni buscarlas.
"En vez de preguntarme sobre mi hermano desconocido, prefiero encargarme de nuestra actual misión." Señaló Aurora comprobando algunos documentos en su reloj holográfico.
La misión era proteger a un individuo importante.
Sin embargo, la identidad de ese individuo era lo que resultaba más problemático.
"Llegará mañana a la academia, ¿cierto?" Preguntó Alice abriendo una bolsa de papitas.
Aurora asintió.
Al día siguiente empezaba oficialmente la academia y era en ese momento que conocerían a su objetivo de protección.
Y en cierto modo, también la otra parte la conocería a ellas y podrían determinar los diferentes pormenores de la misión.
Había bastantes formas de 'protección'; desde estar pendiente todo el día del objetivo o solo protegerlo cuando realizaba diferentes actos.
Hasta era posible que su objetivo no deseara protección y tuvieran que hacer algo más discreto.
Si bien Urfin había mencionado que ellos eran la seguridad 'extra', Aurora deseaba hablar con su objetivo para asegurar que no hubiera conflicto durante su trabajo.
Estaba haciéndole un favor a Urfin y necesitaba hacer un buen trabajo, mientras esperaba que los cambios sucedieran.
"No creo que sea tan complicado. Nuestro objetivo parece ser más de lo que aparenta." Dijo Alice mientras comía algunas papitas.
Aurora miró la imagen de su objetivo y al ver sus orejas puntiagudas, asintió de acuerdo con Alice.
Su objetivo fue más interesante de lo que había esperado y tenía que admitir que entendía la razón por la que Urfin, un miembro importante del Imperio Falion deseaba que ellas la protegieran.
Dejando ese tema de lado, Aurora miro el artículo de Érica y preguntó. "¿Tú crees que lo está haciendo bien?"
Se pregunta sobre si Érica lo estaba haciendo bien en su entrenamiento.
"Supongo…"
******
Érica por primera vez en su vida tembló de frío.
Una gran ventisca helada cubrió su visión y lo único que podía ver era nieve… Demasiada nieve.
Hacía tanto frío que un mago de hielo como ella se estaba congelando.
Sin embargo, no solo sentía frío, sino que se sentía muy fuerte.
Si en el desierto le costaba lanzar algún hechizo, aquí sentía que podía lanzar decenas de sus mejores hechizos.
Estaba en las 'Cordilleras de los Andes' en el Imperio Sudamericano que tras el 'Gran Cataclismo' se había convertido en un hábitat para elementales y criaturas de tipo hielo.
Este lugar era una zona de entrenamiento natural para los magos de hielo como ella.
Caminando hacia su objetivo, Érica respiró hondo mientras sentía que su cuerpo se congelaba.
Normalmente, un mago de hielo tendría resistencia natural al frío, sin embargo, este sitio la superaba.
Caminando en los cerros, atravesando algunos acantilados y caminos pedregosos mientras la neblina de hielo cubría su visión, no era para nada agradable.
Ella podía emplear su energía mágica para generar una barrera que contuviera el frío mientras ella caminaba y esa era su única ventaja en este lugar.
Cuando le había dicho a su padre que quería entrenar para ascender de rango, su padre eligió enviarla aquí y Érica lo aceptó.
No era como cualquier entrenamiento.
Ella tenía que escalar por sí misma la 'Cordillera de los Andes' y si llegaba a la cima podía tener un lugar para quedarse a entrenar.
Esas eran las reglas de los elementales y otras criaturas que habitaban en esta región de hielo.
Volar solo la llevaría a que una tormenta de hielo la atrapara y venir acompañada iba en contra de las reglas.
Por eso lo tuvo que hacer en solitario y si bien, el camino no era complicado de perderse, la tormenta que apareció llevó a que ella tuviera problemas.
Este era un entrenamiento que probaba la capacidad de un mago, su adaptabilidad y también la fuerza para continuar adelante, por sí misma sin depender de nadie más.
Y eso estaba haciendo Érica.
Si fuera antes tal vez hubiera elegido dirigirse a otro lugar y era normal que eligiera otro lugar cuando su padre, era capaz de conseguirle excelentes academias y áreas de entrenamiento personalizado.
Sin tener que caminar por la piedra, mientras sus piernas temblaban y su cuerpo temblaba por el frío.
Sin embargo, desde que llegó de África, Érica deseaba hacerse más fuerte y entendía que para conseguir esa fuerza, necesitaba esforzarse y poner al límite sus capacidades.
"Tal vez llegue tarde a la academia." Murmuró Érica mientras se frotaba sus manos y continuaba su viaje.
Cada pisada que daba entre las rocas, le costaba cada vez más y en este punto, era difícil saber si estaba yendo en la dirección correcta o literalmente se había perdido.
La única razón que la mantenía caminando era que la idea era subir la montaña y mientras caminara hacia adelante, escalando el empinado caminó lo lograría.
Y el problema de este interminable viaje, era que resultaba difícil precisar cuánto tardaría con su entrenamiento.
Por su mente, no pasó la idea de que ella no llegaría a la cima, ya que para ella alcanzar la cima era un hecho, no obstante, el tiempo que demoraría era un asunto diferente.
Suponía que se demoraría alrededor de un mes para lograr su objetivo, si es que tenía suerte y el lugar era tan agradable como otros decían.
Al tratarse de un entrenamiento personal, la Academia de Héroes lo permitió, ya que ellos deseaban que los estudiantes mejoraran sin importar que fuera dentro o fuera de la academia.
El tema era que ella no sabía lo que vendría esta segunda mitad de año en la academia y tenía que admitir, que estaba intrigada.
Al menos la primera parte del año fue diferente y lo fue porque cambiaron todo el programa de los de primer año y esperaba que esta segunda mitad, también lo fuera.
Ella tenía que admitir que estaba deseosa de participar en cualquier evento que se le ocurriera a la academia.
"Solo tengo que llegar a la cima para conseguir un lugar para entrenar." Murmuró Érica avanzando por la nieve y la fuerte ventisca.
Sin darse cuenta en el cielo un elemental observaba como ella atravesaba esta prueba.
Una prueba que le daba un pase para entrenar en unas de las mejores áreas para magos de hielo.