Las palabras de Anna, dejaron pensando mucho a Ryo, mientras la oía, se daba cuenta de la maravillosa mujer que tenia antes sus ojos, era una mujer independiente y capaz, con objetivos claros y capacidades suficientes para lograr todo aquello que quisiera lograr, amaba la profesión que había elegido y disfrutaba enormemente lo que hacía, y eso le daba una voluntad que muchos quisieran para ellos, eso la hizo admirarla mucho mas si podía ser posible.
- Buena estrategia, supongo que también es porque te has ganado merecidamente la confianza que han puesto en ti. Realmente admiro tu actitud ante la vida, al final y al cabo yo solo he recogido lo que me han dejado y lo he intentado mantener, admito que he ampliado un poco las inversiones, pero tu has empezado de cero.
- Te aseguro que no es para tanto, ni tan espectacular, además aun queda mucho trabajo por delante, y sé que he desaprovechado muchas oportunidades, algunas grandes marcas me ofrecieron diseñar para ellos, pero no quise comprometerme y obligarme a diseñar, porque no es que fuera para una temporada, tenía que hacerlo durante mucho tiempo, y no solo eso, también exigen que esos diseños generen una serie de beneficios, ya sabes, que te voy a contar que no sepas en esos temas, por eso me anime a crear algo solo mio, que si pierde o gana sea fruto de mi esfuerzo o por mi culpa.
-Me rompes el corazón- dijo muy dramáticamente- Yo que tenía pensado proponerte una colaboración, no algo a largo plazo, solo un proyecto en común para una linea en una de nuestras tiendas.
- ¿En serio? ¿ Pero si no conoces mi trabajo?- Aquello si sorprendió mucho a Anna.
- Totalmente en serio, cuando me enteré que eras diseñadora, pensé que podía ser una opción para renovar el concepto de una de nuestras tiendas, y empezar así con un nuevo proyecto, cambiar de diseñador cada temporada, para que eso hiciera que cada año dos conceptos distintos convivieran, por supuesto los diseñadores que tenemos en plantilla seguirían marcando los básicos de las tiendas, pero esas piezas de temporada, podían darle frescura.
- Pues no me parece mala idea, la verdad. Pero no sé si seré capaz de llegar a lo que exiges en tus objetivos, no tienes que ser un jefe fácil de complacer.
- Porque no lo intentas, es para una linea media, es decir no es de la linea mas barata, pero tampoco es de la VIP, lo comento por el tema de que los materiales tienen que ajustarse a un presupuesto.
La idea de idea de ese diseño se le había ocurrido sobre la marcha Ryo, mientras oía hablar a Anna, ese proyecto se creo en su cabeza, podía ser un motivo mas para acercarse a ella, y de paso conocerla en su trabajo, en ese entorno que amaba tanto.
- Vamos a hacer una cosa.- Continuo Ryo- Todavía es una idea en proyecto, no he movido aun nada, así que te parece si lo intentas, y si vez que consigues hacer algo que te convence, pues me lo muestras y lo ponemos en marcha, una prueba para ti y para mi, y si sale bien, hasta podrías recomendarme a alguien para la siguiente temporada.
Anna se quedó pensativa, era una buena oportunidad, y sabía que Ryo aunque exigente, se estaba ajustando mucho a sus necesidades, sentía en nerviosismo recorrer su cuerpo, era la señal que necesitaba para intentarlo, para demostrarse a si misma que podía lograr algo interesante y para un público mayoritario.
- De acuerdo, lo voy a intentar, dame tiempo, necesito buscar un concepto que me guste y adaptarse a eso, para poder lograr algo interesante, supongo que con veinte conjuntos podría ser un buen comienzo.- Se notaba que su mente estaba trabajando como un ordenador, almacenando información y recopilando datos.
Ryo solo pudo sonreír al ver como ella se desconectaba del mundo y sus ojos se iluminaban pensando en lo que podía hacer, esa expresión la hacía ver mas hermosa, incluso le resulto sexy, nunca pensó que le podía resultar sexy ver una mujer pensar en trabajo, pero Anna era especial, era inteligente y no se echaba sobre él a la primera oportunidad, no estaba buscando su dinero, tampoco buscaba su posición social, realmente era refrescante poder hablar con alguien sin notar los ojos codiciosos como si fuera un cerdito de oro o un boleto de lotería ganador.