Zaki solo dijo esas palabras y actuó con audacia para intimidar a Hinari, pero el resultado de que intentase hacer que ella sintiese el peligro, y se marchase, fue un gran fracaso. No podía creer que ella ni siquiera se negara e incluso se acercara, seduciéndolo aún más, lo que lo volvió loco.
Podía sentir sus dedos corriendo hacia su ya duro hermano pequeño y se estaba volviendo loco. ¡¿Esta chica iba en serio?! ¿O estaba tratando esto como un juego? ¿Cómo pudo tomarse esta situación tan a la ligera? ¡¿Estaba forzándolo seriamente a perder el control?!
Mientras el deseo de Zaki se intensificaban, por alguna razón, su mirada sobre ella se mezclaba con un ligero destello de ira. Parecía un padre enojado que quería regañar a su hija por ser tan irracional.
—Tú... ¿realmente... quieres que... —Zaki tartamudeó mientras los dedos de Hinari estaban ahora a solo un centímetro de distancia de su hermano pequeño.