Los bichos que criaba el Rey Bicho parecían representar una pequeña amenaza para los humanos. Era difícil para sus bocas romper los duros zapatos de cuero y no tenían aguijones afilados para perforar la piel humana. Los dos pares de alas detrás de su espalda eran simplemente decoración. Aunque eran venenosos, su veneno no era fuerte.
Lo único decente de ellos era que su movimiento era bastante ágil, pero solo en relación con su tamaño. Incluso un niño no tendría problemas para pisarlos.
Pero tenían dos ventajas que les aseguraban vivir una vida muy feliz en este planeta llamado Tierra.
El primero fue su tasa de reproducción. Su ciclo de vida, desde un huevo hasta la eclosión, la madurez sexual y la puesta de otros huevos, solo tomó doce horas. Además, cada vez que ponían huevos, los huevos superaban el centenar. Todos eran hermafroditas también.