Actualmente, estaban envueltos en una niebla de misterio insondable. Solo dos opciones se presentaron a Sheyan: avanzar o retroceder. Si se retiraban, tendrían que volver a cruzar ese extraño lago, el bosque desolado y los valles helados y fríos del invierno. Por último, tenían que enfrentarse al riesgo de ser capturados por Uruk-hais... Esos asuntos ya han sido presenciados personalmente por ellos. Ellos sabían del terror y temían que se produjera, por lo que Sheyan no estaba dispuesto a volver a experimentarlo.
Por lo tanto, sin mucha deliberación, afirmaron su decisión de seguir adelante. No importa el peligro que les acechara, siempre y cuando pudieran arrastrar un segundo más, valdría la pena.