Antes de Qin Wentian, había un montón de runas de color sangre en la estatua que parecían estar formadas por sangre sensible.
Las runas de sangre zumbaron, perforando directamente los ojos de quienes las miraban. Y en el instante en que Qin Wentian volvió su mirada hacia las runas, un rayo de luz de color sangre se disparó directamente a su mente, manifestando una silueta de color carmesí que exudaba un aura antigua que causó que se imprimiera una runa de sangre en su interior.
En este momento, el corazón de Qin Wentian tembló violentamente. Cerró los ojos y pudo sentir débilmente que estaba en un espacio ilusorio donde esa figura carmesí borrosa le estaba impartiendo un canto. Cada palabra de este canto estaba grabada directamente en la runa de sangre en su mente, pero las palabras eran extremadamente difíciles de entender, tan difíciles que parecía casi imposible comprender el significado detrás de ellas.