En ese momento, nadie más se atrevió a entrar en la tormenta de viento. Era claro para ellos que uno tenía que hacer circular constantemente su Energía Astral para resistir la tormenta, y una vez que sus reservas de energía se agotasen, sería demasiado tarde para retirarse, aunque quisieran.
Ahora, aunque los cultivadores quisieran probar la intensidad del viento, no entrarían directamente. A lo sumo, sólo darían unos pocos pasos más cerca.
Y el único pensamiento que pasaba por la mente de todos era que sólo con los Frutos Estelares serían capaces de superar ese obstáculo actual.
Sin embargo, la obtención de las Frutas Estelares ni siquiera cruzó la mente del restante Espadachín de Golondrinas; ahora sólo estaba preocupado por la seguridad de su propia vida. Al ver a Qin Wentian avanzar paso a paso, cada vez más cerca de él, sintió verdadero miedo por primera vez.