Dentro de la Academia de la Estrella del Emperador, en una residencia, varios ancianos se amontonaron mientras miraban a la figura estirada en la cama. La preocupación y la ansiedad se reflejaban en sus ojos.
—¿Cómo está? —preguntó Qianxing Ren a toda prisa cuando vio que el anciano sentado al lado de la cama se giraba.
—Es extraño, extraño. Su fuerza vital es abrumadoramente exuberante, y hay una poderosa energía en su sangre. Su sangre circuló dentro de su corazón, brindándole protección, y ahora se está recuperando incluso mientras hablamos —dijo el anciano en voz baja, con tono asombrado. Con una lesión tan grave, si se tratara de otro cultivador seguramente ya estaría muerto.
—¿No corre peligro su vida? —preguntó Qianxing Ren.
—Ninguno. Con su vitalidad, solo necesita tiempo antes de recuperarse por completo —respondió el anciano.