Tras escuchar las palabras del monje calvo, Lin Fan se quedó en silencio. No había esperado que sucedieran tantas cosas.
—Benefactor, ¿dónde has estado los últimos cinco años? —Preguntó el Reverendo Shakya.
—Esto... —durante un instante o así, Lin Fan no sabía cómo responderle a decir verdad. No era como si pudiera decir que estuvo siendo follado por una mujer durante cinco años enteros, ¿verdad?
—He estado cultivando en reclusión —al final, solo pudo pensar en esa excusa ya que sonaba mejor.
—Ya veo, así que ese es el caso. Como estaba diciendo este pobre monje, tras no verte durante unos pocos años, ¡tu fuerza se ha vuelto mucho más fuerte en realidad, benefactor! Ahora sé que es porque has estado cultivando en reclusión —el Reverendo Shakya se lamentó. No era de extrañar que no hubiera tenido noticias de Benefactor Lin en los últimos años.
En ese momento, Lin Fan liberó a Pollito de su Paraíso.
—¡Cuckcuckoo!