Las plantas eran extrañas y desagradables en el pantano. Algunos árboles, además de sus enormes copas en la parte alta que bloqueaban todo el cielo, tenían "piernas" como los seres humanos pero envueltos en enredaderas rojas que penetraban profundamente en el suelo y el barro. Las plantas hicieron que el pantano tuviera un aspecto bastante espeluznante y peligroso.
Vicente estaba oculto detrás de una gran roca, de aproximadamente la mitad de su altura. Mientras que el terreno bajo sus pies era bastante firme y seco, lo cual era raro en el pantano, el terrible hedor que llegó a su nariz hizo que se sintiera mareado.
En ese momento, Vicente estaba sentado en el suelo, contemplando algo delante de él presa del miedo. En el negro barro, había una pitón tan gruesa como una pata arrastrándose hacia él. Sus ojos emitían una inusual luz verde como dos velas. Y el terrorífico aire que poseía la pitón había alejado al resto de criaturas del pantano.