Las luces de la Avenida del Triunfo de Rentato estaban encendidas. El viento a finales de la primavera todavía era algo frío al caer la noche, lo cual obligó a los paseantes de la calle a taparse con más fuerza.
Donnie presionó su sombrero de copa negro y se bajó del autobús amarillo vivo. Vagando por la calle que estaba tan brillante como el día, caminó en dirección a la "Librería del conocimiento" cerca de la Plaza del Triunfo.
—¿Tiene el Heraldo de la Arcana y Magia de esta semana? —Donnie le preguntó al jefe barbudo.
El jefe, quien tenía el pelo amarillo intenso, respondió sin levantar la cabeza.
—No, y nunca vendrán otra vez.
—¿En serio...? —Donnie no parecía sorprendido. Simplemente lanzó un suspiro, como si lo hubiera visto venir, con sentimientos encontrados.
El jefe levantó por fin la cabeza y lo observó con un par de ojos de búho.