La llama naranja que cubría al Señor del Fuego Primigenio perdió instantáneamente el color después de que el pilar de luz transparente lo golpeara y se convirtió en el negro más oscuro, el cual parecía ser capaz de absorber todo el calor y la luz.
El pilar de luz se disipó en incontables flujos de rayos y corrientes eléctricas plateadas. Estaban por todas partes. Además estaban tan cerca los unos de los otros que fluyeron juntos de manera impredecible y formaron una red espeluznante, atrapando al señor del fuego en el interior
En semejante y enorme red onírica, todo había sido congelado y puesto en un increíble estado inmóvil. Parecía que incluso las partículas microscópicas no eran una excepción.
Una vez que tocaba la llama de la superficie alrededor del Señor del Fuego Primigenio, el extraño poder se coló al instante en su cuerpo pasando por debajo de sus escamas de demonio.