La mágica luz de ensueño desapareció. Las líneas plateadas en el suelo estaban carbonizadas, como si hubieran sido dibujadas usando carbón.
Lucien nunca se había sentido más poderoso, ya que el vínculo entre su alma y su mundo cognitivo se había fortalecido aún más. Sintió que algún día sería capaz de proyectar su alma y su mundo cognitivo al mundo material real para convertir lo virtual en realidad. No obstante, Lucien era consciente del hecho de que aquello requeriría el poder de un archimago de nivel legendario al menos. Por ejemplo, sabía que cuando su maestro, Fernando, sufría el gran cambio de su mundo cognitivo, todo Allyn estaba cubierto de nubes oscuras, temblando con los relámpagos.
Lucien sintió al fin lo que era ser un mago de rango sénior. Levantando las manos, las miró, muy animado. Si bien sus manos parecían iguales, Lucien podía sentir el poder en ellas desde su alma, poder espiritual y su mundo cognitivo.