La oscuridad era ilimitada y parecía eterna.
Lucien estaba flotando en aquel lugar. El incuestionable poder en su pecho estaba gritando algunas palabras que no podía escuchar con claridad. Pero las palabras eran tan poderosas que la oscuridad casi aumentó de repente, como si fuera a llegar una tormenta.
De repente, las vides de color verde oscuro se elevaron rápidamente del suelo junto a los pies de Lucien y tensaron su sujeción a su alrededor en un par de segundos. Las espinas de color rojo oscuro que las cubrían estaban cubiertas de sangre humana seca, y su olor dulce y peligroso podía paralizar a las personas con facilidad.
Lucien lo intentó de todas las formas posibles. Trató de conjurar hechizos, pero no quedaba poder espiritual en ese extraño lugar.
Las espinas apuñalaron con ferocidad el cuerpo de Lucien y el dolor insoportable lo hizo llorar al igual que a Elvis. Y, al mismo tiempo, todo su cuerpo estaba congelado.