Este movimiento sutil no escapó a los ojos de Huo Chen. El dolor en su corazón se hizo aún más evidente. ¿Sentía ella algo por Huo Yunting?
—Solo ten cuidado donde sea que vayas. Tengo que irme ahora. —Huo Chen también sabía que no debería quedarse aquí por mucho tiempo.
—Lo haré.
A pesar de haberse despedido, los dos seguían allí.
Finalmente, fue Lu Zhaoyang quien primero rompió la nostalgia paralizante. Abrió la puerta y entró en la sala sin mirar atrás. Mientras caminaba, podía escuchar los pasos de Huo Chen. Ella frunció los labios y se sirvió un vaso de agua antes de sentarse al lado de la cama.
No solo la cara de Huo Yunting, sino también sus labios habían perdido vigor; se habían vuelto pálidos y secos. Lu Zhaoyang tomó un sorbo de agua, bajó la cabeza y lentamente forzó el agua hacia su boca. Parecía sentir que su lengua se movía. Inmediatamente, ella se puso de pie y lo miró.
¿Fue una ilusión?