—Es raro ser tan íntimo contigo. —Le susurró al oído mientras la acariciaba amorosamente—. No te preocupes. Te protegeré.
—Deja de ser cursi, ¡ahhhhh! —Ella trató de desacreditar su juramento romántico, pero la flotabilidad le dio un impulso sorpresa. Su corazón se aceleró mientras perdía sus palabras.
Lu Zhaoyang nunca estuvo tan contenta de sentir el suelo como en el momento en que regresaron. Revolvió su cuerpo para desabrocharse los cinturones y tirar el chaleco de seguridad con furia. Pero su estampida no duró, ya que la bajada de su presión arterial la hizo caer, justo en el abrazo de Huo Yunting. Fue un agarre perfecto. Un levantamiento perfecto también, cuando su hombre la cargó sobre sus hombros mientras resoplaba. —Bueno, si no tienes ganas de caminar, sólo dilo. No actúes como si no te importara todo el tiempo.