¿Era porque era su cumpleaños hoy que él la trataba tan bien?
—Puedo hacerlo yo misma. Deberías comer. De lo contrario, voy a terminar con todo.
—Me alegra que aún te importe —dijo Huo Yunting con una sonrisa y luego empujó otro camarón pelado en su pequeño tazón.
—Sí, claro. Me importa. ¡Así que, por favor, come!
Huo Yunting comenzó a comer mientras seguía pelando camarones para ella. Saboreó este momento, especialmente cuando ella disfrutaba de los camarones.
Pero debía ser una ilusión. Hmm, debía ser.
Lu Zhaoyang casi había terminado.
Entonces, ¿qué era lo siguiente?
—Cariño, es hora de dormir.
Efectivamente, tal como ella lo esperaba.
—Dormir justo después de una comida causará indigestión. Necesito sentarme un rato. —Lu Zhaoyang se puso de pie desganada y pretenciosamente. Salió a la sala de estar y se sentó en el sofá.