Madame Jin había estado sirviendo a la familia Shen durante más de veinte años, pero solo en contadas ocasiones había visto feliz a su joven amo Yi. Y, ahora mismo, la escena con la que se acababa de encontrar le parecía una de las más reconfortantes de su vida. Estaba segura de poder contar los momentos en que escuchó a Shen Yi reírse con sentimiento.
Apenas podía contener su felicidad al ver al hombre que crió como su propio hijo durante años. Desde que el Amo Shen Huang y su esposa se divorciaron hace veinte años, Madam Jin fue una de las leales sirvientas que cuidaron al joven amo Yi y a su hermano pequeño Xue.
Podía parecer que los dos hermanos no se llevaban bien, pero la verdad era que realmente se preocupaban el uno por el otro. Yi, el mayor, era un hombre silencioso y educado. No era un secreto que odiaba asistir a actividades sociales; por lo tanto, el público tenía posibilidades limitadas de verle la cara. Nunca se metió en problemas y era un hermano mayor responsable para su hermano, quien era totalmente opuesto a él
A Shen Xue le encantaba la atención y hablar con cualquiera. Se podría decir que él es la mariposa sociable dentro de la familia Shen. Mientras Shen Yi administraba y mantenía al Grupo de Compañías Shen en el camino correcto, Shen Xue era el gerente de relaciones públicas y la cara pública de su negocio.
Shen Yi ya tenía treinta años. Su padre y la matriarca Shen estaban preocupados por no haber encontrado a nadie con quien casarlo. Durante años, no encontraron alguna mujer que fuese digna de su atención. Estaban preocupados de que nunca consiguiera una mujer con la cual construir una familia. Ciertamente no ayudaba el hecho de que los medios comenzaran a cuestionar sus preferencias sexuales.
Oh, cómo deseaban que Shen Yi pudiera casarse pronto para poder continuar con el linaje Shen. Habían pasado décadas desde que un niño nació en su familia. La matriarca Shen esperaba ver a un niño corriendo dentro de la residencia Shen muy pronto.
Pensando en esto, Madame Jin pudo recordar que Shen Yi tuvo solo una relación previa durante sus años universitarios, pero el romance duró poco cuando la mujer emigró al País F.
Ahora, al ver a Shen Yi estando cerca y riéndose con una mujer en sus brazos, Madam Jin no pudo evitar sentirse emocionada. Soltó su bolso para cubrirse la boca mientras las lágrimas corrían por su cara.
Nunca había pensado que sería capaz de ver llegar el día en que su joven amo estuviera interesado en una mujer. Ella pensó que moriría sin tener la oportunidad de ver a Shen Yi casarse o tener una familia propia.
Shen Yi le lanzó una mirada preocupada y confusa. ¿Por qué estaba llorando? ¿Qué le pasó?
—¿Esa es Madame Jin? —preguntó Lu Xinyi, sin darse cuenta de que todavía yacía en sus brazos.
—Sí.
Ella frunció el ceño.
—¿Por qué está llorando?
—No tengo idea —dijo Shen Yi, sin expresión alguna.
Para una intrusa como Madame Jin, la posición de la pareja era bastante íntima. La mano de Shen Yi todavía estaba en la pequeña espalda de Lu Xinyi mientras que la otra se enrollaba en su cintura. Las manos de Lu Xinyi se apoyaban en sus brazos.
Madame Jin lloró con una sonrisa en su rostro.
Ah, esto es bueno. El joven amo está enamorado, solo tomará un tiempo antes de que se case. Madame Jin sacó un pañuelo blanco de su bolsillo y lo acarició suavemente en su cara para secar sus lágrimas.
—Buenos días, joven amo. Veo que tiene un visitante —Madame Jin los saludó y luego el bolso que yacía en el suelo.
—Buenos días —respondió Shen Yi, ignorando su última declaración. Se movió para encarar a la vieja señora mientras mantenía un brazo en la cintura de Lu Xinyi.
—Quiero que conozcas a alguien, Madame Jin —comenzó, antes de echar un vistazo rápido a su esposa.
—Oh, ¿quién es esta hermosa dama? —preguntó la Madame Jin. Nunca el joven amo había llevado a una mujer a su casa ni la había presentado. Esta era probablemente la primera vez que lo veía con alguien.
—Ella es Lu Xinyi. Ella vivirá aquí conmigo de ahora en adelante.
Madame Jin se sorprendió ante sus palabras
¿Qué? Su joven amo conviviría con esta mujer…¿no era demasiado pronto para vivir juntos?
—Pero…
—Ella es mi esposa —aclaró.
¿Qué dijo? ¡¿Esposa?!
Está demás decir que la vieja señora se desmayó producto de la sorpresa de recibir tales noticias. Era más de lo que ella podía manejar, tanto que perdió la consciencia e hizo que se desplomase de repente.
Varios minutos pasaron antes de que Madame Jin despertase, aún mareada. Escuchó que una voz femenina le hablaba a joven amo.
—Oh, Santo…—tartamudeó Lu Xinyi mientras que miraba a la vieja señora—. ¿Estará bien? —preguntó con preocupación.
—Creo que sí—respondió Shen Yi, aun sereno a pesar de que su esposa estuviese entrando en pánico por lo que acababa de presenciar—. Simplemente se desmayó. No hay de qué preocuparse, Xinyi.
—¿Qué deberíamos hacer? —preguntó gentilmente. Sus ojos marrones miraban a la mujer que yacía en el sofá para luego encontrarse con la mirada de Shen Yi.
Madame Jin recuperó la consciencia, se levantaba ligeramente mientras una mano acunaba su cabeza.
—Ouchh.
—¡Despertó! ¡Shen Yi, eres un idiota! Debieses tener cuidado con los mayores. ¿Qué tal si hubiese muerto de un ataque cardiaco? — Lu Xinyi le reprimió a su esposo mientras que ayudaba a Madame Jin a reincorporarse—. Lo sentimos, Madame Jin. ¿Se encuentra bien? ¿Necesita algo?
La vieja mujer sacudió la cabeza y respiraba hondamente.
—¿Realmente eres su esposa? —preguntó.
Ella necesitaba saber esta mujer era realmente la nueva señora de la casa. El joven amo nunca antes había hecho un chiste. Si había alguien apropiado para hacer chistes y bromas, era Shen Xue.
Lu Xinyi asintió y sonrió con nerviosismo. No sabía como reaccionar.
¿Pasaría lo mismo cuando conociera a su familia? Esperaba que no.
—Xinyi, ¿por qué no le traes algo de beber a Madame Jin? Estoy seguro de que tiene muchas preguntas que hacernos —dijo Shen YI mientras se sentaba en el lado opuesto del living.
Lu Xinyi asintió y se dirigió a la cocina. Minutos después, volvió con una bandeja con dos vasos de jugo de fruta y una taza de café para Shen Yi. Posó la bandeja en la mesa, le dio un vaso de jugo a Madame Jin antes de tomar su propio vaso y sentarse en el regazo de la silla de Shen Yi.
Shen Yi ignoró la taza de café; en cambió, su mano se posó en la cintura de Lu Xinyi.
—Joven Amo, sé que no es de mi incumbencia pero, ¿por qué se casaron tan pronto? Pensé que solo estabas de vacaciones, pero volviste con una esposa —preguntó Madame Jin.
¿Acaso el joven maestro se sentía presionado por su propia familia? ¿Acaso escogió a una mujer al azar para desposarla y hacer que su familia dejase de molestarlo?
—No realmente —empezó Shen Yi—. Digamos que tuve que casarme para evitar algunos problemas.
Madame Jin le echó una mirada a la nueva señora. Lu Xinyi no se veía como esas aristócratas que intentaban ligar con el Joven Amo. Se veía bastante casual y normal. Su ropa no se veía costosa y la forma en la que le hablaba al Joven Amo hacía parecer que ellos se conocían desde tiempo atrás.
Un momento. ¿Acaso el Joven Amo había escondido esta relación de su familia? Quizá ellos se conocían desde hace mucho tiempo y es por esto que Shen Yi no salía con otras mujeres.
Casarse con la señorita Lu sin consultarle a la familia parecía algo que Shen Yi haría. Pero, ¿por qué el apuro?
Madame Jin posó la mirada en el plano abdomen de Lu Xinyi.
—La señorita Lu está embarazada, ¿verdad? —preguntó—. Quiero decir, ¿acaso ya hay un pequeño bollito en el horno?
Esta era la única razón en la que pudo pensar por la que Shen Yi decidiría casarse.
Lu Xinyi, quien estaba bebiendo su jugo, paró un momento y tosió violentamente en su mano. Sus ojos estaban lagrimosos, estaba tratando de calmar su respiración. Shen Yi tomó el vaso y le dio palmadas en la espalda, ayudándola a sacar lo que sea que tenía en los pulmones.
—Ohh, eso. No, desgraciadamente aún no hay. No se preocupe, Xinyi y yo trabajaremos el doble por conseguirlo. ¿Verdad, cariño? —Shen Yi volteó a ver a su esposa.
Lu Xinyi no pudo decir nada, su garganta aún estaba irritada por la intromisión del jugo en sus pulmones. Solo pudo mirar a su esposo, quien estaba sonriendo como un idiota.
¿De qué carajos hablaba? Ellos no habían dicho nada acerca de tener hijos.
Madame Jin asintió con la cabeza.
—Está bien. No tienes que sentirte presionado por embarazarla. No es extraño que las parejas recién casadas no tengan hijos en sus primeros dos años de matrimonio —dijo. Sin embargo, la idea de tener niños alborotando la residencia Shen la complacía.
—Entiendo. Pero…la práctica no daña a nadie, ¿verdad, Xinyi?
Lu Xinyi no sabía si él estaba bromeando o no. Pero, santo cielo, que dios la perdone si ella lo asesinaba por ponerla en situaciones tan vergonzosas como esta.
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