Esa escena fue increíble para los nobles reunidos en la sala. Miraron asombrados a Rhode y a las dos jóvenes que le abrazaban de los brazos. Todos los movimientos de los nobles e incluso sus miradas tenían significados específicos en una ocasión tan grandiosa. Una mujer soltera abrazando el codo de un hombre solo representaba una cosa: su inusual relación entre sí. Y ahora, las dos jóvenes junto a Rhode también tenían identidades extraordinarias.