Los brillantes rayos del sol obligaron a todos a entrecerrar los ojos al salir del túnel. Los clamores cayeron sobre ellos. En un instante, todos aguantaron la respiración como si una gran ola estuviese a punto de tragarlos. Pronto, el resplandor se disipó y finalmente pudieron ver la arena con claridad.
Aparte de Rhode, todos se quedaron atónitos.No porque nunca hubieran pasado por situaciones similares, puesto que durante la lucha en el coliseo subterráneo, Anne y el resto ya habían experimentado algo parecido. Pero, el área estaba decorada de manera sencilla y era un coliseo de bestias destrozado, así que ¿cómo podían compararlo con la Arena Sagrada?
—Oh, Dios…