Los seis grandes cuerpos mercenarios fueron completamente derrotados, luchando por sus vidas en el mar de fuego creado por el Salamander. Los aventureros que estaban apiñados todos juntos ahora soltaban gritos agudos. Estaban rodeados de llamas y humo por todos lados. Además, había meteoros gigantes que caían del cielo ocasionalmente, dejando profundas grietas en la Cresta de Plumas de Fuego. Con sólo mirar ese campo de batalla, daba la impresión de que estaban en el Infierno...
El suelo parecía estar cociéndose. Cada paso era caliente y suave, e incluso aparecían burbujas haciendo "puf, puf, puf". No había un sólo aventurero que estuviera vivo dentro de un radio a 100 metros del Salamander. Era como si toda la Cresta de Plumas de Fuego entrara en el día del juicio final bajo el calor catastrófico.
El Salamander era como una parca del infierno, agitando una guadaña ardiente e invencible en medio del fuego, reclamando incesantemente la vida de los aventureros.