Macklin había estado observando a los tres hombres con los Ojos de Brujo desde que pisaron la selva. Con sus poderes de Archimago de alto nivel, fue extremadamente fácil ocultarse de ellos. Por lo tanto, nada había escapado a su par de ojos viejos. Estaba al tanto de cada detalle de su encuentro, incluido el avance de Lin Li.
La expresión de su rostro se volvió más seria que nunca. Estaba muy sorprendido por el avance de Lin Li. A pesar de la temprana edad de veinte años, ese Tirador Mágico ya había alcanzado el nivel 13. Describir al hombre como "poderoso" sería una subestimación. Si la noticia de su avance fuera conocida por el Consejo Supremo, seguramente crearía una conmoción.
—Joder, Gerrian, ese viejo bastardo... —maldijo Macklin en voz baja. No podía entender por qué un hombre con tan mal genio como Gerian tenía la suerte de tener una joya como Lin Li.
El anciano se enfadó cada vez más al reflexionar sobre ese asunto.