Miró el agujero, sus ojos entrecerrándose en profunda concentración antes de empujar el hilo a través del pequeño espacio metálico. Se acercaba el invierno, la época en que Bonelake comenzaba a congelarse lentamente, pronto estaría cubierta de nieve, como si una lúgubre pintura blanca salpicara sobre toda la tierra. Le encantaba la nieve. Jugar afuera y dar vueltas mientras cerraba los ojos cuando no había nadie que la viera hacer lo que hacía, como una niña.
La nieve no caería sino dentro de dos meses y había tiempo para ello, sin embargo, las personas de las tierras comenzaron suspreparativos. Preparándose para el viento frío que podría congelarlos hasta la muerte si no se protegía con suficiente ropa. Esto no afectaba a los vampiros, sino sólo a los humanos.