Ji Ning de túnica blanca y de túnica negra avanzaron hombro con hombro. Los dos intercambiaron miradas con el anciano ubicado en el centro del desierto. Olas de intención asesina salieron de ambos lados, dado que las negociaciones habían fracasado, ¡era hora de luchar!
—¡Ven! —exclamó el Ning de túnica negra.
El aire a su alrededor se llenó de un denso grupo de Cuentas de Oro Estelar, las cuales comenzaron a fusionarse rápidamente para transformarse en los Treinta y Seis Cielos. Los llenó con su poderosa energía inmortal ancestral, lo que hizo que cada uno de ellos se transformara en un hermoso loto helado. Cada loto era como el núcleo y la esencia de un mundo entero y cuando aparecieron los treinta y seis, una corriente de energía helada llenó toda el área que los rodeaba. El desierto comenzó a congelarse y agrietarse. El espacio mismo parecía haberse congelado.
—Ve.