—¡Es hora de comenzar la ceremonia! —el tono de Parker transmitió su gran ánimo y emoción. Llevaba el traje de un animador, y su cabello tenía un estilo elegante.
Su inversión anterior en este momento le había dado la mayor cantidad de ganancias. Leylin avanzaba a la velocidad de la luz, mucho más allá de sus propias predicciones. Le hacía sentir como si estuviera en un sueño.
Con alegres y vítores unánimes, Leylin pisó los pétalos de flores tendidos en su camino mientras entraba en el salón, vestido con una túnica mágica y con una corona de oro en la cabeza.
En el mismo momento, una fuerza dominante y horrible similar a la de una antigua bestia fue liberada lentamente de su cuerpo. Desde sus ojos, uno podía ver débilmente la imagen de una enorme serpiente negra que tenía varias decenas de miles de metros de largo.