Dentro de la habitación, todos observaban a Alfonsus tratar a Delia. Linley era el más nervioso de todos, y su frente estaba cubierta de sudor. Él, sin embargo, ni siquiera se dio cuenta.
*Crackle…*
Esa energía verde circulaba, emanando un sonido muy tenue. Alfonsus, con el rostro solemne, soltó un gruñido y la velocidad a la que la luz verde circulaba de repente aumentó dramáticamente, vertiéndose constantemente en el cerebro de Delia.
—Uhhh...
Delia, aparentemente adolorida, dejó escapar un suave sonido, y su frente se arrugó levemente.
Ese suave sonido, para Linley, fue como un trueno. Sus ojos se iluminaron como si hubiese sido alcanzado por un rayo.
—¡Delia ha recuperado la conciencia! ¡Ella está respondiendo!
Estaba muy emocionado, todo su cuerpo temblaba.
También aparecieron expresiones de alegría en los rostros de los demás.