La habitación en la parte trasera de la herrería era sorprendentemente muy diferente de la habitación desordenada de antes.
Estaba limpio, ordenado y organizado aquí. Una pintura colgaba de una pared, aparentemente limpiada muy a menudo.
Había un total de dieciocho velas ya encendidas. Parecía que siempre estaban encendidas.
Marvin observó por un momento. Incluso si estas velas no eran tan largas, eran muy resistentes al fuego. Habían largas, y cortas.
––Como puedes ver, solo quedan dieciocho Caminantes Nocturnos en todo Feinan, incluyéndome a mí. Nuestros números disminuyen día a día. Cada vez que se apaga una vela, un Caminante Nocturno ha abandonado este mundo ––la voz del anciano era grave.
Marvin asintió. Por el rabillo del ojo, notó una vela apagada al borde de las dieciocho velas encendidas.