—¡Tú! ¿¡Quién eres tú!? —gritó enojado el que parecía el líder, al que llamaron Joven maestro Bendoch. El momento en que uno de ellos fue golpeado, los dos se pusieron sobrios inmediatamente al ver la sangre derramada.
—¿Yo? No soy nadie. Sólo la parca errante.
Zhang Yang notó que sus nombres eran verdes y le preocupó un poco. Matar a un NPC amigable no era nada bueno. Puede haber una chance de que aumente la enemistad de los residentes de la Ciudad Matutina. Podría incluso afectar la disponibilidad de la misión, o peor, puede que no sea posible conseguir una [Orden de Conquista].
En ese momento Zhang Yang ya había caído a la ira. Con furia asesina en los ojos, blandió su espada, sin esconder la intención de no perdonar a ninguno de ellos. Cuando Felice llegó junto a Zhang Yang, ella estaba furiosa. Salían destellos de ira de su lanza.