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En ese momento, Mo Xue'er se quedó completamente callada porque Huo Siqian la había tomado tan fuerte de la mandíbula que se la dislocó.
El dolor desgarrador se extendió por todo su cuerpo.
—Tengo dos advertencias para tí. La primera: estaba contigo la noche del asesinato. Nunca me fui del departamento y no tengo idea de qué hablas. La segunda: nunca en la vida te compares con Huo Mian.
Mo Xue'er parpadeó un par de veces. Las lágrimas le caían por las mejillas por el dolor insoportable que sentía tanto física como emocionalmente, pero no podía decir una palabra.
—Sal de aquí antes de que te mate.
Con eso, Huo Siqian volteó y se dirigió a la habitación del segundo piso. Su aura era oscura. No era difícil darse cuenta de que estaba realmente molesto por lo que había sucedido.
Mo Xue'er abandonó rápido la Mansión Huo con ambas manos sosteniéndose la mandíbula.