Qin Chu notó que Huo Mian no deseaba hacerlo y la rechazó con gentileza: —Lo lamento, a mi esposa no le gusta ser fotografiada en público.
—Oh... Está bien —dijo con desdén la famosa mientras se hacía a un lado.
Huo Mian siguió en silencio a Qin Chu, con la cabeza baja, haciendo todo lo posible por pasar inadvertida.
A pocos metros, las primas Song vieron lo que había sucedido y básicamente estallaron de furia.
Huo Siqian odiaba tanto a Song Yishi que, cuando llegaron, él entró solo, no con ella. Por esa razón, Song Yishi no tuvo más opción que entrar con su prima, Song Yixuan.
Ambas estaban vestidas de forma lujosa, con vestidos de noche que costaban cientos de miles de yuanes y un abrigo de piel rojo y blanco respectivamente.
Song Yishi amaba el color blanco y siempre se vestía como un hada, como si le proclamara su título de "diosa" al mundo.