Huo Mian llevaba puesta una camiseta blanca con una gabardina roja y pantalones largos negros. No era un atuendo formal, pero era vistoso. Ella no se veía como una chica de 24 años. Parecía una estudiante de universidad.
—Director Huo, ¿para qué me necesita?
Huo Mian no quería interactuar mucho con Huo Siqian, así que fue directo al grano.
—¿Estás tomando el lado del viejo?
—Sí, estoy segura de que lo has notado.
—Sí que eres terca con tus palabras. Bueno, no hablemos de eso, ¿te gustó el koala de ayer?
—Sí, ¿a quién no le gusta un koala de 8 millones de yuanes? —dijo Huo Mian a propósito. Huo Siqian rio inmediatamente.
—¿De qué te ríes?
—Me rio de lo directa que eres —dijo Huo Siqian.
—Ni que lo digas, no me gusta andar con preámbulos. No puedo competir con ustedes, ni si quiera ocultando regalos. Vaya escena.
—¿Lo hubieras aceptado si no hacía eso? Se llama estrategia, ¿lo comprendes?