Sin pensarlo mucho, Huo Mian regresó a su asiento y comenzó a comer, actuando como si no hubiera pasado nada. Inclusive cuando empezaron a comer postre, se concentró en comer cada cucharada de helado sin levantar la mirada.
Qin Chu observó su reacción temerosa, y sonrió, su mirada volviéndose tremendamente cálida. Al llegar a la casa y prepararse para ir a la cama, Qin Chu recibió una llamada, justo después de ducharse.
—Debo irme por un momento. Tú deberías dormir primero.
—¿Qué ocurre? —preguntó Huo Mian, sintiendo que era serio.
—Mi padre fue hospitalizado debido a su presión alta.
—¿Es serio?
—Aún no lo sé, iré a verlo. Tú deberías dormir