Luego de debatir consigo misma por un par de minutos, Huo Mian subió las escaleras y abrió su closet. Notó que en algún momento alguien colocó más ropa sin que ella lo supiera. Lo extraño era que Qin Chu nunca le decía ese tipo de cosas.
Tras revisar la selección, Huo Mian finalmente se decidió por un vestido rosa de la colección de verano de Dolce & Gabbana, decidió maquillarse levemente y ponerse tacones blancos. Mirándose en el espejo, Huo Mian se sintió cómoda consigo misma. Posiblemente porque no estaba acostumbrada a usar maquillaje, este look la hacía sentirse bonita.
Qin Chu era muy puntual, llegó ni un minuto más tarde que los 10 que había prometido. Ni bien Huo Mian bajó, Qin Chu pasó en su auto, mirando a Huo Mian desde la ventanilla. Él estaba estupefacto. Su esposa usualmente no se arreglaba, pero cuando lo hacía, no tenía nada que envidiarles a las actrices y modelos de la TV. Es más, Huo Mian irradiaba un aura que la gente normal no poseía.