Zhu Lingling tomó un pañuelo y se limpió las lágrimas de sus hinchados ojos.
Luego dijo con voz rasposa: —Mian, mi relación se acabó.
—Lo sabía, de otra manera no estarías tan triste.
Huo Mian no estaba para nada sorprendida.
Conocía el temperamento de su amiga muy bien. No era una mojigata, sino más bien, una chica descuidada. Ella era leal con sus amigos y trataba bien a sus padres, pero sin embargo, invertía mucho en sus relaciones. En el pasado, había estado en varias relaciones que terminaron de manera abrupta, y cada vez resultó destruida y le tomó mucho tiempo recuperarse.
Por lo tanto, cada vez que ella le anunciaba a Huo Mian que tenía un nuevo novio, Huo Mian actuaba feliz. Pero en el fondo estaba preocupada.
Siempre temía que el hombre con el su amiga estaba saliendo no cumpliera con las expectativas y la lastimaría de nuevo. Esta vez no fue diferente.