Finn no estaba seguro de lo que Kaizan le había dicho. Encontrarse con Murtagh no era lo correcto por ahora porque aquel hombre era tan despiadado como lo había sido hace varios años. En su ambición de poder, había llevado a su gente ciegamente a una batalla en nombre de la libertad. Pero en su interior, Finn sabía que era uno de los hombres más viles que existían. Cuando la reina le ofreció la mano de su hija, había reducido sus esfuerzos por luchar contra la corona. Sin embargo, años más tarde, cuando Iona fue secuestrada y cuando Íleo trajo a su pareja de Vilinski, Murtagh retomó su sucia política provocando a su gente a luchar contra la reina por no cumplir sus promesas.
Todo era muy complicado y todos eran conscientes de cómo Murtagh había torcido cada detalle frente a su gente para que, incluso después de su arresto domiciliario, continuaran con la revolución en nombre de la libertad.