—¡Papá!
—¡Papá!
Olivia Walker gritó feliz. Extendió sus brazos y se lanzó al abrazo de Oliver Walker.
Quizás para otros niños, podría ser raro que sus padres vinieran a recogerlos a la escuela, pero nunca estarían tan emocionados.
Sin embargo, para Olivia Walker, era una historia diferente. Tales oportunidades eran raras.
Nunca olvidaría cómo se sintió al ser llamada "pequeña pillosa" al ser otra persona antes de que regresara su padre.
¡Tampoco olvidaría nunca la escena de ella escondiéndose en un rincón y llorando en secreto por sí misma!
Por eso no le importaba las miradas extrañas que le echaban.
Cuando estaba en casa, no se atrevía a llamar a su padre porque a su abuela y a su madre no les gustaba él.
¡Pero ahora, ella quería gritarlo en voz alta!
Los adultos tenían sus propias preocupaciones y los niños también tendrían sus propios pensamientos. Todos tenían sus propias necesidades.
¡Lo que ella necesitaba era el amor de padre que había perdido hace tanto tiempo!