—Huo Yunting, te estoy advirtiendo... —su boca quedó cubierta al sentir un par de labios fríos que la invadían, tratando de abrirla a la fuerza. La fortaleza era débil mientras los monstruos se abrían paso, probando un poco del elixir de la vida en su interior.
La respiración de la mujer y el gemido del hombre estaban manchando el silencio con sus gestos amorosos, mientras que los golpes de empalamiento llenaban el vacío poco después.
…
Lu se levantó de la cama rápidamente a la mañana siguiente, después de haber tenido apenas dos horas de sueño luego del evento. Murmurando un poco, miró a Huo quien estaba dormido profundamente después de su victoria.
Fue al armario, escogió una camisa limpia para cubrir al hombre que dormía y salió de puntillas. A diferencia del alfa de la oficina, ella tenía muchas reformas que hacer para mantener su amorío en la oscuridad. Necesitaba una ducha, un vestido, y probablemente también maquillaje.
Era casi la hora de empezar el día, ya que sus colegas habían llegado a la Corporación.
Su ausencia no llamó la atención al principio, hasta que su asiento seguía vacío a las diez.
Los instintos de Yu Man'Er se estaban estremeciendo. Conociendo la relación de Lu con el presidente, sintió que algo había sucedido. Saó su teléfono debajo del escritorio y rápidamente le escribió un informe de la situación a Mo Shan. Antes de que se las arreglara para finalizarlo, el teléfono sonó delante de ella.
Levantó la cabeza y cogió la llamada inmediatamente. Aparentemente venía de la oficina del presidente.
—¿Sí, señor?
—¿Dónde está Lu Zhaoyang?
Huo Yunting estaba frotando su cabeza en su trono, todavía un poco molesto por la desaparición de Lu al despertar. Su llamada tampoco había sido atendida.
«¿Está la Srta. Princesa Lu haciendo una rabieta otra vez? ¿Fue por eso que se arriesgó a perder su trabajo al faltar?»
—Sí, señor, umm... —Yu Man'Er echó un vistazo al asiento de Lu, desocupado—, la secretaria Lu no está aquí.
—Oh, bueno, tú serás suficiente. Tráeme una taza de café—luego colgó el teléfono.
El informe de situación se mantuvo como un borrador no enviado, y Yu Man'Er irrumpió en la despensa por café.
Ella entró a la oficina sosteniendo el café cuidadosamente con ambas manos, luego de que Huo respondiera a su llamado a la puerta. El presidente aparentemente estaba en la parte baja de su trono, tomando una siesta.
Yu Man'er colocó cortésmente la taza sobre la mesa y sus miradas se encontraron en el momento en que ella se puso de pie de nuevo.
—¡Sí, señor! El café está aquí.
Huo la miró brevemente y se detuvo. Luego resopló: —Últimamente te ves bien.
Esa pequeña broma hizo que su corazón se acelerara.
—Gracias.
—Bueno, eso es todo.
Yu Man'Er rebosaba de alegría por dentro. Ella se dio la vuelta para irse.
Debe ser su día de suerte.
¡El presidente acaba de elogiar su sentido de la moda!
Giró el picaporte. —Oh, por cierto —una tranquila voz sonó detrás de ella.
—Cuando Lu Zhaoyang llegue, envíala aquí.
—De acuerdo.
La puerta se cerró.
—Hmph —Huo miró a la chica que se iba, y resopló con desprecio.
Él conocía al culpable de ese contrato. Él lo sabía bien.
Esta Yu era claramente un peón bajo la reina. Y todos sabemos quién era esa reina.
«Mo Shan había estado visitando la Corporación como si fuera una biblioteca y Yu Man'er, esta pequeña secretaria molesta, ¿era lo suficientemente audaz como para hacer estos pequeños trucos al contrato? Hubiera sido un tonto de no haber adivinado quien era la mente maestra detrás de esto. Pero bueno, no tengo ningún interés en la Barbie y el Ken de Mo Shan. Por favor, es una pérdida de tiempo».
Tomó un sorbo de café.
En realidad, se merecía solo un sorbo.
Frunció el ceño mientras apoyaba la taza.
Parecía que solo Lu sabía cómo hacer bien el café después de todo.
Por cierto, otra vez, ¿quién demonios es Chen?
Levantó el teléfono y marcó: —Huo Li, investiga a este hombre llamado Chen para mí.
—¿Chen? ¿C-h-e-n Chen? Sabes que tenemos muchos caracteres chinos que suenan como Chen, ¿verdad? En serio, busca Chen en tu teléfono y te saldrán al menos cien personas.
—¿Cómo diablos puedo siquiera saber qué Chen es? ¡Búscalo tú mismo! —dijo Huo Li.
Como si no estuviera ya lo suficientemente enojado. Si tan solo este hombre molesto pudiera hacer bien su trabajo.
—Ahh... hermano Huo, el más guapo y amable, cómo has podido... Esto es despiadado... pero...
Huo Li no pudo evitar colgar amargamente. Parecía que tenía muchas páginas del diccionario para investigar…
Huo se recostó inclinado sobre su trono. La computadora estaba apagada. Los documentos habían sido enviados. Parecía como si ninguna de las cosas de este mundo pudiera ya conformarlo.
Cerró los ojos, parecía fatigado.
Mo Shan llegó antes de que Lu Zhaoyang pudiera regresar del departamento de secretaría.
Ella tenía puesto un simple y elegante vestido amarillo. Su cabello con ondas acariciaba sus hombros. Mo Shan se dirigía a la oficina de Xuo con su rostro resaltado por un elegante maquillaje y esbozaba una suave sonrisa.
Se detuvo a solo unos pasos de la puerta para controlar todas las emociones negativas. Cuando estuvo lista, llamó a la puerta y dijo dulcemente ––Hermano Yunting––
No obtuvo respuesta. Ella apretó sus dientes y empujó la puerta.
Huo Yunting estaba recostado en su silla de cuero. Su camisa blance estaba desabotonada cerca del cuello, por lo que exponía la piel clara que se encontraba debajo. Su rostro exquisito y diabólicamente encantador descansaba pacíficamente.
Ella aligeró sus pasos, pero sus tacones aún hacían un suave sonido contra el suelo.
Ella caminó hasta estar a su lado y estudió su rostro con calma, pero sus manos estaban fuertemente entrelazadas entre sí.
¡Este era su hombre, suyo y solo suyo!
Lu Zhaoyang era solo el equipaje adicional que provenía de la mujer que se casó con la familia Huo. Además, ella era la hermana adoptiva de Huo Yunting, ¡Ellos no podrían estar juntos!
Huo Yunting parecía estar profundamente dormido, por lo que Mo Shan extendió sus manos hacia su hombro.
––¿Qué, ya te me estás ofreciendo?–– Dijo Hou Yunting.
Abrió los ojos y notó las manos de Mo Shang hacia él, detenidas a mitad de camino. ––Vete––
––Hermano Yunting, te veías cansado. Pensé en darte un masaje de hombros–– Ella sonrió y siguió tratando de alcanzar sus hombros. "Tomé una clase de masaje, así que en realidad soy bastante buena en eso––
–¿De verdad?––Huo Yunting la miró y habló a través de sus delgados y seductores labios. ––¿Incluso mejor que las damas en Golden City?––
¡¿Golden City?!
¿Como se atreve a compararla con esas mujeres baratas?
Mo Shan forzó una sonrisa ––Lo sabrás si lo pruebas Hermano Yunting––
––Adelante entonces. Me aseguraré de que seas recompensada si lo haces bien––
Huo Yunting se inclinó hacia delante y apoyó la cabeza en una mano, como si se estuviera preparando para disfrutar de una masajista en busca que quería una propina.
Cuando Lu Zhaoyang entró en la oficina, fue recibida con la escena de Mo Shan dandole un masaje al presidente. Ella caminó más despacio, ni demostró ninguna emoción en su cara.
–– Señor presidente, me llamó––
Mo Shang miró a Lu Zhaoyang y por reflejo aplicó más presión a sus manos. Huo Yunting frunció el ceño como respuesta.
––De acuerdo, deja de masajear––
Mo Shan se detuvo de mala gana. No había pasado ni un minuto completo antes de que llegara Lu Zhaoyang.
"Llegas tarde." Huo Yunting golpeó su dedo índice derecho sobre el escritorio y miró a Lu Zhaoyang de reojo.
––Zhaoyang es tu hermana, hermano Yunting. Tienes tantas secretarias, ¿por qué hacer un escándalo solo porque llegó tarde? No te enojes con ella.––
Mo Shan le sonrió y dijo, tal como la señora de la casa.
Huo Yunting nunca le quitó sus ojos de Lu Zhaoyang. Cuando Mo Shan terminó, sus ojos se estrecharon. ––Vete––
Lu Zhaoyang se volteó para irse.Tomó un paso antes de que Huo Yunting hablara de nuevo.
––No tu––
La sonrisa en la cara de Mo Shan se congeló de manera incómoda. Cuando Lu Zhaoyang regresó, ella se dirigió lentamente hacia la puerta.
Cuando ya estaba en la puerta, Huo Yunting le gritó desde la oficina que cerrara la puerta.
¡Ella la cerró de un portazo!
Para cuando ella hizo su rápida partida,la sonrisa en su rostro ya se había ido hacía mucho tiempo.
¡No se rendiría tan fácilmente!
Lu Zhaoyang, te estaré observando!
Dentro de la oficina, Huo Yunting miró a Lu Zhaoyang de pies a cabeza, juzgando su estilo pasado de moda, levantó una ceja y dijo ––Ahora que todos en la compañía saben que eres mi "hermana", ¿no puedes vestirte un poco mejor y dejar de avergonzarme?––
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