«¡Cómo se atreve!¡Cómo se atreve a llamar a Huo Chen en un momento así!».
—¿Yang Yang?—La voz de Huo Chen sonó gentilmente como luna llena para los oídos de Lu, pero en el corazón de Huo Yunting se sentía como el sol abrasador. La mirada de élse volvió distante, pero su sonrisa se volvió más amigable, como una brasa cayendo sobre un saco de paja. Lucía deleitado, verdaderamente muy "deleitado".
Lu Zhaoyang mordió sus labios mientras que sus manos se escaparon rápidamente del agarre de Huo Yunting y cubrieron su boca, conteniendo su voz.
—¿Yang Yang, estás ahí?—La llamada de Huo Chen sonó otra vez.
Lu Zhaoyang miró a Huo Yunting con ojos grandes y aguados, sacudiendo su mano vigorosamente, pidiéndole que se detenga.
La sonrisa de Huo Yunting creció. El intento de Lu de mantener todo en la oscuridad solo había logrado que él empuje aún más sus límites.