—Yunting, sé que todo es culpa mía. Todo es un error. No me di cuenta de que un divorcio sería demasiado para Qiu Ran. Desde entonces me sentí culpable y temí causarle más agitación. ¡Es por eso que nunca la visité! —Respiró hondo por la nariz tapada—. Me casé con tu madre sin amor y ya no tengo miedo de admitirlo. Todo eran negocios y no podía aceptar el hecho de no haber probado el amor verdadero a mi edad. Por eso elegí ser egoísta por primera vez cuando conocí a Yuming. Elegí escuchar mi propia voluntad. Y ahora te suplico sinceramente, por favor, ayuda a la familia. Nuestra corporación está en peligro. Por favor, protégela, aunque quieras que yo la deje para siempre. Eres mi propio hijo. ¡Me parecerá bien lo que hagas, con tal de no verla destruida! —Sus manos temblaron con fuerza cuando agarró las piernas de su hijo.