Alex no recordaba cómo había llegado al ático de su madre. Pero las grabaciones de seguridad del casino mostraron que había entrado al edificio tan intoxicado que apenas podía caminar. Había consumido su buena cantidad de alcohol y drogas en la fiesta. Y estaba apenas funcional para cuando entró en su habitación.
O al menos él creía que era su habitación. Sin embargo, para cuando se quitó la ropa y entró en la cama, Alex escuchó una voz tímida que reconoció al instante como la de su hermana mayor Madison.
—Alex... ¿qué estás haciendo? ¿Por qué estás?
Sin embargo, Alex interrumpió a la joven antes de que pudiera decir una palabra y la besó. Lo cual sorprendió a Madison, si estaba medio dormida antes, ahora estaba completamente despierta, ya que su primer beso fue robado por su hermanito. Justo cuando estaba a punto de empujarlo y decirle que parara, él le susurró algo en sus delicados oídos.
—Acabo de recordar nuestra promesa... Entonces ¿quieres ser mi esposa, eh?