Semiramis estaba recibiendo más placer que de costumbre. Por lo usual, hacerlo con Viggo sería estimulante y más que satisfactorio. Sin embargo, con la adhesión del demonio Kiara, el placer se estaba volviendo agonizante. Semiramis movía de lado a lado su cabeza mientras era estimulada en su vagina.
En ese momento, Semiramis estaba acostada en la cama, con la mitad del torso apoyado sobre una pila de almohadas mientras Viggo y Kiara le estaban comían a besos la vagina. Primero Viggo pasaba su lengua y después lo seguía Kiara como si se intercalaran cada uno una probada. Después pasaban su lengua al mismo tiempo por el clítoris, cosa que hacía desfallecer a Semiramis. Sin embargo, el placer nunca terminaba y se estaba volviendo una tortura. Ya que cuando parecía que Semiramis iba a terminar, Viggo y Kiara se detenían y comenzaban a besarse entre ellos.
-Por favor- suplico Semiramis -por favor, déjame acabar-
Viggo y Kiara detuvieron sus lenguas y se sentaron sobre la cama. Ambos estaban desnudos y con el cuerpo cubierto de sudor. Ella de cabello negro y él de cabello rojo. Ambos la miraban con una mirada cargada de lujuria.
-Vaya- dijo Kiara en un tono de voz burlón -te demoraste demasiado en pedirlo- entonces ella se acercó gateando hasta Semiramis. Le olio el cuello mientras subía, hasta llegar a la cara y pasarle la lengua por la mejilla -¿tan mal quieres a mi Viggo dentro de ti?-
Sin embargo, Semiramis miró hacia otro lado e ignoro la pregunta. Kiara sonrió con un aire de suficiencia. Llevo su mano a la vagina de Semiramis y la empezó a estimular.
-Viggo, querido, te quiero otra vez- dijo Kiara meneando su trasero. Viggo se acercó al redondo trasero y lo comenzó a besar como si fuera un objeto de culto. Paso su lengua por las nalgas mientras Semiramis lo miraba de soslayo, añorando que esa lengua estuviera en su entrepierna.
Kiara negó y dijo en un tono burlón -ah ah ah ah ah, no hay nada para las niñas poco sinceras…- Kiara iba a decir más palabras para molestar a Semiramis, pero de repente sintió que algo caliente entró en su vagina y cerró los ojos mientras echaba su cabeza hacia atrás en una expresión de placer. Poco a poco su figura se derrumbó hasta que su cara quedo frente a la vagina de Semiramis. Al mismo tiempo, Viggo le tomaba el trasero con ambas manos y la penetraba por detrás. Se sentían las vibraciones por toda la cama. Kiara estaba gimiendo cuando abrió los ojos y pudo ver la vagina de Semiramis. Extendió su lengua de manera obscena y aprovecho para estimular a Semiramis. Primero la tomo de las nalgas y después puso su boca sobre la vagina. Después comenzó a mover su lengua por entre medio de los labios y después los succionaba.
Semiramis volvió a sentir placer y se sintió más caliente que nunca viendo a Viggo tan salvaje. Kiara levantaba su enorme trasero y Viggo la penetraba por detrás como si fuera un animal en celo. Semiramis cerró sus ojos y soltó un fuerte gemido. La lengua de Kiara era diez veces más hábil que la de Viggo, así que cada uno de los roces de la lengua la hacía agonizar de placer. De repente se sintió demasiado bien y por fin se corrió. Fue algo tan fuerte que le hizo cerrar las piernas de forma involuntario y contraer todo su cuerpo. Su vagina sufría de espasmos mientras tiraba su cabeza hacia atrás, recibiendo oleadas tras oleadas de placer.
Al minuto después, Semiramis se desmayó.
Por otro lado, Viggo estaba obsesionado con el trasero de Kiara, así que continuó embistiendo y llegando a lo más profundo; casi aplastando el útero. Se movía como si fuera un pistón, pero cuando sentía que iba a terminar, detenía su embestida y hacia movimientos circulares, tratando de rozar todo el contorno de la vagina. Con la poca luz de las velas, apenas si veía. Parece que toda su sangre se había ido a su pene y cada parte de su cuerpo estaba dedicada al placer. Continuó de esa manera embistiendo a Kiara hasta que se le cansaron las piernas. Entonces se acostó sobre ella y la abrazo por detrás. Kiara gemía cada vez que la embestía mientras Viggo ponía una mano en la cintura y con la otra estimulaba el clítoris.
-Aquí, querido, aquí- le decía Kiara con una voz sensual, dirigiendo la mano que tenía apoyada en la cadera al cuello. Viggo la estrangulo lo suficiente; ni tan fuerte para que se asfixie, ni tan suave para que ella no sienta nada. Kiara comenzó a apretar su vagina con más fuerza y Viggo a mantenerse dentro de ella. Cada embestida dejaba a Viggo en el límite, pero se aguantaba para disfrutar más esta sensación. Este calor, esta lujuria, este placer, esta humedad. Hasta que ya no pudo aguantar más y dio una última embestida para soltar todo lo que tenía dentro de Kiara.
Viggo saco su mano del cuello de Kiara y la abrazo. Ella se apegó a él mientras sentía como él lo dejaba todo dentro de ella. Volteó su rostro y lo beso. Una vez que termino la oleada de placer, Viggo se vio atacado por una sensación a sueño y poco a poco cerró los ojos hasta caer dormido.
Diez minutos después se despertó con alguien lamiendo su pene.
-Vamos- dijo Kiara, dándole una nalgada a alguien -no dijiste que recibirías a Viggo delante de mí-
-Sí me sigues pegando no me puedo concentrar- dijo Semiramis. Sin embargo, sonó otra poderosa nalgada.
Kiara llevo sus dedos al culo de Semiramis mientras ella lamia el pene de Viggo. Kiara paso rosando el ano, haciendo círculos con sus dedos. Sin embargo, como Semiramis apretó el ano, Kiara prefirió seguir bajando y comenzó a estimular la vagina.
-Mira como estas de mojada, pensé que eras una princesa, pero solo eres una perra lujuriosa. Dime ¿te calentó cuando Viggo me lo hacía por detrás?-
Semiramis poco a poco se estaba excitando y al mismo tiempo, podía decir que Viggo se estaba poniendo duro otra vez.
Kiara le dio otra sonora palmada y le dijo -Dime ¿te excitaste?-
Semiramis se sacó el pene de la boca y con una respiración errática, dijo -sí, lo quería dentro de mi-
-Bien, eres una chica buena. Te ayudare a sentirte bien-
-No, por favor, Viggo, quiero a Viggo-
-No hay de otra, pero tienes que hacer algo por mi-
-¿Qué cosa?-
-Lo mismo que hice por ti-
-No, no quiero-
-Vamos, vamos, sé que te gustara, pruébala una vez-
Kiara se sentó en la cama con las piernas abiertas y las manos apoyadas hacia atrás. Semiramis dejo de lamer el pene de Viggo y le dio la espalda.
-Vamos, aquí- dijo Kiara llevando su mano a su vagina y abriendo los labios con dos dedos -prueba, aquí está el semen de Viggo. Se corrió dos veces en mi interior-
Semiramis trago saliva y agacho su cabeza para lamer la vagina de Kiara.
-Viggo, querido ¿Por qué no te despiertas?- pregunto Kiara con una sonrisa burlona, sintió los dulces labios de Semiramis sobre su vagina y dijo con una voz sensual -aquí hay alguien que te necesita-
Viggo abrió los ojos y bostezo, se sentó en la cama y lo primero que vio, fue el gran trasero de Semiramis. Redondo como una manzana mientras su vagina era un pequeño trozo de carne blanda entre medio de sus muslos, con una línea en vertical en medio. Por otro lado, Kiara estaba un poco más allá, con una sonrisa que rayaba en la diversión mientras le daba miradas sugerentes a Viggo, intercalando entre el trasero de Semiramis y él.
-Querida, eres muy mala con tu lengua, pero te ayudare ya que fuiste tan obediente- dijo Kiara, después miró a Viggo y dijo -querido, por favor-
Viggo se acercó al culo de Semiramis y lo beso con pequeños besos mientras lo masajeaba con las manos. Después comenzó a pasar su lengua con largas pinceladas por todo el contorno. Bordeo de manera juguetona el ano sin nunca llegar a tocar. Sin embargo, cuando trato de pasar su lengua, Semiramis apretó su ano como si fuera un lugar prohibido. Viggo frunció el ceño y le dio una fuerte nalgada.
Semiramis dejo de lamer la vagina de Kiara y dijo -no, Viggo, ahí no-
Viggo le dio otra fuerte nalgada y Semiramis grito de dolor. Entonces Viggo tomo ambas nalgas, las abrió y comenzó a lamer todo lo que estuviera en frente. Semiramis solo se concentró en el placer y se olvidó por completo de Kiara.
-Viggo, suficiente- dijo Kiara -Semiramis te lleva esperando desde hace mucho rato-
Viggo asintió y alejo su rostro del trasero. Después se paró sobre sus rodillas y llevo su pene a la vagina de Semiramis, pero esta última levantó su mano para que se detuviera.
-Quiero verte, quiero mirarte- dijo Semiramis con voz suplicante
Viggo se detuvo y la ayudo a quedar boca arriba. Él se apoyó sobre el cuerpo de Semiramis y la dejo sentir su peso y calor. Viggo acercó su rostro y le dio pequeños besos. Semiramis sonrió complacida y lo comenzó a besar con pasión. Al mismo tiempo, Viggo comenzó a rosar su pene contra la vagina, pasando a llevar el clítoris y poco a poco estimulándola.
-Ya, por favor, por favor- susurro Semiramis
-Bueno, aquí voy- dijo Viggo, tomo su pene con la mano y lo condujo al interior. Semiramis echo su cabeza hacia atrás y soltó un fuerte gemido. Viggo entro en ella hasta el fondo mientras permanecían abrazados.
-Te amo, te amo- decía Semiramis
Viggo acercó sus labios y la beso. Ella lo siguió en un intercambió dulce y Viggo comenzó a moverse, rosando todo el interior. Ella jadeaba y contraía sus músculos de las piernas.
-Adentro, quiero sentirte dentro- dijo Semiramis entre jadeos -déjalo todo dentro de mi-
-Sí, eso quiero- respondió Viggo entre jadeos. Se comenzó a meter más profundo y con más intensidad, al mismo tiempo que Semiramis comenzó a gemir con más fuerza.
Por su parte, Kiara los miraba con una sonrisa dulce. Un tanto feliz porque se compenetrarán tan bien.
Al rato siguiente, Viggo se corrió dentro de Semiramis y ambos terminaron abrazados. Kiara se acercó a Semiramis y le comenzó a peinar el cabello en un gesto suave.
-Nunca te perdonaré- dijo Semiramis entre jadeos
-Está bien- respondió Kiara -mientras seas feliz, puedo aceptar tu rencor. Desde ahora trata de ser más sincera con lo que quieres ¿entendido?-
Semiramis abrazo a Viggo y escondió su rostro en su pecho. Sin embargo, de todos modos, asintió.